La operación policial ha sido posible gracias a una denuncia presentada por la Asociación Gaditana de Defensa y Protección de la Naturaleza y las secciones sindicales de UGT y CCOO del Hospital Puerta del Mar, de Cádiz.

Los residuos, compuestos por desechos tóxicos y contaminantes de los hospitales, se trasladaban para ser incinerados en una planta de León, dedicada a la incineración de animales, que no cuenta con autorización para este cometido, según "Dario de Cádiz".

El transporte era realizado por la empresa Consesur, aunque en el contrato figura a nombre de Suministros Industriales de la Bahía, firma ubicada en el Puerto de Santa María y que está dedicada a la ferretería. Los residuos tóxicos eran transportados en contenedores.

Consistían en agujas de sutura e inyección, termómetros de mercurio, hojas de bisturíes e instrumentos usados, vendajes apósitos, compresas, ropas de un sólo uso por infecciosos y restos de medicamentos, así como parts corporales y tejidos humanos procedentes de intervenciones quirúrgicas, restos de autopsias y otros.

Los contenedores procedentes de la provincia de Cádiz se almancenaban en Alcalá de Guadaira (Sevilla), donde se recibía un cargamento similar procedente de Sevilla y Málaga.

Desde allí eran trasladados en otros grandes camiones a Santovenia de Valdoncina, municipio situado a cinco kilómetros de León, para ser incinerados en el horno de cremación de cadáveres de animales existente en el mercado d ganado, propiedad del Ayuntamiento de León.

Consesur, cuya central radica en Los Angeles de San Rafael (Madrid), protagonizó en 1990 un escándalo cuando de sus almacenes desaparecieron 3.000 bidones con material clínico tóxico.