DESCIENDEN LOS AVISOS DE BOMBA EN LAS UNIVERSIDADES MADRILEÑAS

MADRID
SERVIMEDIA

Los avisos de bomba contra las universidades madrileñas descendieron a casi la mitad en los últimos seis meses, respecto al mismo periodo del año pasado.

Según los datos aportados a Servimedia por fuentes policiales y de las facultades y escuelas, tras superar el ecuador del curso y los exámenes d febrero, se registraron 34 avisos frente, a los 62 del curso 91-92.

Los gerentes universitarios aseguran desconocer las razones del descenso, pero consideran que cada año hay una mayor seriedad y civismo entre los alumnos. Una gerente de la Universidad Carlos III, de Getafe, los atribuye incluso a la crisis económica, "que hace que los universitarios se centren más y sean mas estudiosos".

La Universidad Complutense, que tradicionalmente recibe más del cincuenta por ciento de estas llamadas, ha cnseguido hacer descender las cifras a la tercera parte (26 en el periodo de octubre a marzo en el curso 91-92, frente a los 9 de éste).

Las "bestias negras" de la estadística son la Escuela Politécnica de Alcalá de Henares (3 ó 4 al mes) y la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense (4 avisos este curso), aunque los responsables de estos centros consideran, pese a todo, que este año "está siendo relativamente tranquilo".

La mayoría de los avisos coinciden con las convocatorias de xámenes, pero este año ha ocurrido el fenómeno contrario. En la Politécnica de Alcalá las amenazas descendieron precisamente en el periodo de exámenes de febrero, igual que en Ciencias de la Información, con un solo aviso durante los parciales y pruebas extraordinarias del mes pasado.

INTEGRISTAS, BROMISTAS Y AGOBIADOS

Sospechosos integristas, bromistas y estudiantes agobiados suelen ser los responsables de la "presencia" de los falsos artefactos explosivos en las aulas.

Los bedeles distinguen ormalmente los avisos veraces de los de los "salaos de turno", explica un ordenanza de Periodismo. Sin embargo, algunos comunicados parecen potenciales amenazas.

La responsable de Comunicación de la Universidad Autónoma, Pilar Cuena, recuerda cómo "tras el estallido de la Guerra del Golfo, los estudiantes fueron desalojados por el rector, atemorizado por un joven de acento árabe que, al otro lado del teléfono, amenazaba con hacer estallar uno de los pabellones".

"Todas las llamadas son peligrosas, insiste un funcionario de la comisaría de Moncloa-Universidad. "Debemos registrar pasillos, aulas y baños, por si es necesario acordonar la zona o llamar a los equipos de desactivación".

Los policías de la comisaría de Moncloa, que ya son "veteranos" en estas lides, dicen que es rara la semana en la que no tienen que acudir a centros universitarios o a aparcamientos. Algún falso coche-bomba ha obligado en más de una ocasión a cortar el tráfico en la Avenida Complutense, arteria principal del campus.OVEJAS NEGRAS Y BLANCAS

Las universidades de Alcalá de Henares (con unos 14.000 alumnos y 13 avisos), Complutense (unos 130.000 alumnos y 9 avisos) y CEU (15.000 alumnos y 7 avisos) son las más conflictivas en lo que a amenazas se refiere.

Por contra, la Autónoma (32.000 alumnos, 0 avisos) y Carlos III (3.000, 1 aviso) son las más "serias"; sus responsables tienen un alto concepto de sus alumnos y aseguran que éstos "saben dónde están y a qué vienen". La Politécnica está en el término medio de a estadística, con 4 avisos hasta la primera semana de marzo.

Pero no todas las llamadas son de estudiantes en apuros. Carmen, que acudió el año pasado a hacer una oposición a la Complutense, explica que mientras realizaba una de las pruebas descalificatorias un bedel entró en la clase y alertó de la amenaza de una bomba en la facultad. "Nadie se movió", explica. "Llevas mucho tiempo preparando una prueba así y arriesgas demasiado para salir".

Las amenazas de bomba, a parte de ser motivo de apertra de expediente de expulsión de la universidad (si el comunicante es un alumno), están penadas con prisión menor de seis meses a seis años y multas de hasta 300.000 pesetas.

"Una simple llamada que obligue a desalojar un local puede acarrear un mínimo de seis meses con multa de 30.000 pesetas", explica el letrado Carlos Vila. "Los malos estudiantes y sobre todo los bromistas no son conscientes de esto".

Pese al peligro o la procedencia extraña de algunas llamadas, los responsables de casi todas as universidades coinciden al señalar este año como "positivo, aunque quede todavía la prueba de fuego de junio. Lógicamente, no podemos bajar la guardia nunca", reitera la portavoz de la Autónoma.

(SERVIMEDIA)
22 Mar 1993
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