DEBATE IRAK. EL PP RESPALDA EN BLOQUE LA POSICION DEL GOBIERNO, QUE SALE ADELANTE CON 183 VOTOS A FAVOR Y 164 EN CONTRA
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Los diputados del PP cumplieron esta noche las previsiones y escribieron en bloque un "sí" en la papeleta de votación para aprobar la proposición no de ley que respalda la posición del Gobierno de José María Aznar ante la crisis de Irak. No se produjeron sorpresas, pese a que el sufragio fue secreto, como había pedido la oposición.
Hubo tres ausencias entre los 350 diputados, y la votación arrojó 183 votos a favor y 164 en contra. El PP tiene, precisamente, 183 diputados, y la oposicón suma 167.
Después de casi cuatro horas de debate acumulado de las dos proposiciones, los diputados fueron llamados por orden alfabético a depositar su papeleta en la urna. Una vez hecho el recuento, hacia las diez y media de la noche, se inició el llamamiento para la votación de la segunda, la defendida por la oposición.
A la votación asistieron todos los diputados, incluido el ex presidente del Gobierno Felipe González, que se dejó ver en los pasillos del Congreso al comienzo del debate convesando con el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y con Alfredo Pérez Rubalcaba, antes de entrar en el Hemiciclo. Justo en el momento de la votación entró también el presidente, José María Aznar.
Incluso durante el debate el salón de plenos aparecía con la mayoría de los escaños ocupados, incluidos los del Gobierno. Poco después de comenzado, hacia las seis y media de la tarde, entraba Mariano Rajoy, que tomó la palabra tras las intevenciones de los portavoces del PP y del PSOE. El Reglamento del Congreso permite al Gobierno intervenir en cualquier momento, aunque no es habitual en los debates de proposiciones no de ley, que son acaparados normalmente por los grupos parlamentarios.
Rajoy actuó igual que el pasado 11 de febrero, cuando se debatía una iniciativa de toda la oposición que dejó sólo al PP y el vicepresidente pidió la palabra en mitad del debate para exponer la posición del Gobierno.
Insistió en que el Gobierno desea un desarme pacífico de Irak y en la tess de que Sadam Husein sólo reacciona bajo presión, "jugando con los tiempos" para dividir a la comunidad internacional.
El vicepresidente juzgó además "ridículo, burdo, y mezquino" el comportamiento del PSOE al respaldar el voto secreto cuando los ciudadanos tienen derecho a saber la posición de cada diputado. "Y encima lo presenta el señor Caldera, que es lo que le faltaba al Grupo Popular", añadió.
Su intervención, que sobrepasó con creces el tiempo permitido a los grupos parlamentarios, estuvocontinuamente interrumpida por aplausos de los bancos populares y abucheos con coros de "no a la guerra" desde los escaños de la oposición, con las consiguientes llamadas al orden de la presidenta, Luisa Fernanda Rudi.
La intervención de Rajoy alargó considerablemente el tiempo previsto de debate, ya que dio derecho a un turno de réplica del PSOE, que ya había intervenido. "Asombroso, señor Rajoy, lo que acabamos de ver es una interpelación al presidente del Gobierno. Lo siento por usted, señor Rato",respondió en su réplica el socialista Jesús Caldera, interpretando de esta forma las múltiples preguntas lanzadas por Rajoy a Rodríguez Zapatero.
EL TEXTO
En virtud de la proposición aprobada, el Congreso "reconoce y respalda el tenaz esfuerzo diplomático desplegado por el Gobierno" y aboga por un desarme "efectivo y verificable" de Irak en cumplimiento de las resoluciones de la ONU.
Asegura que la resolución impulsada por Estados Unidos, Reino Unido y España pretende "incrementar la presión" sbre Husein para conseguir su desarme pacífico, pese a reconocer que la experiencia "no permite cifrar muchas esperanzas en la sinceridad de las intenciones del Gobierno de Irak, en su deber de cooperar total e incondicionalmente con las inspecciones de Naciones Unidas, que no pueden prolongarse de forma indefinida".
Con este texto, el Congreso manifiesta que España "tiene la posibilidad y la responsabilidad de contribuir activamente a la solución de la crisis, entendiendo que forma parte de nuestro inerés nacional la primacía de una legalidad internacional, fundamento de una paz duradera, sin riesgos ni amenazas".
La vigencia y la credibilidad de esa legalidad internacional, concluye el texto, "se verían gravemente dañadas si dirigentes irresponsables, en eventual connivencia con grupos terroristas y poseedores de armas de destrucción masiva, puedan desafiar de forma largamente impune los mandatos de la comunidad internacional y erigirse en amenazas ciertas de la paz y la seguridad".
EL DEBATE En la defensa de esta iniciativa intervino inicialmente el portavoz de Exteriores del PP, Gustavo de Arístegui, con argumentos que serían después repetidos por Rajoy, como "la mala fe" de Sadam Husein, que sólo reacciona con presión y accede a destruir "parcialmente" armas que antes aseguraba no tener.
También antes de que Rajoy subiera a la tribuna Caldera reiteró los argumentos de su partido, que no duda de la tiranía de Sadam Husein, pero piensa que su desarme se puede lograr con métodos pacífics y sin que la población de este país deba seguir pagando por los pecados de su Gobierno.
La insistencia en la necesidad de una intervención militar lleva a los socialistas a pensar que el deseo del Gobierno español, como el de Estados Unidos, no es desarmar a Irak, sino invadir este país y reorganizar Oriente Próximo, con un nuevo orden que "inhabilita a la ONU y anula el espacio de la Unión Europea, dejándola bajo tutela defensiva y política de Estados Unidos".
"No es la lealtad la que nos hacelibres, es la libertad la que nos permite ser leales. Sean libres", dijo Caldera al final de su primera intervención, dirigiéndose a los bancos del PP.
El portavoz de CiU, Ignasi Guardans, comenzó su intervención recuperando el fondo del debate después de la estrategia de Rajoy, "que no es si se quiere o no el desarme de Irak o el cumplimiento de las resoluciones, sino si se ha terminado el tiempo de la paz".
"No intenten reconducirnos el debate", dijo al PP. "Eufemismo diplomático para hablar deguerra, eso es lo que propone el Gobierno y eso es lo que votamos hoy aquí, no la unidad de un partido o la fidelidad a un liderazgo, sino si se ha terminado la paz en Naciones Unidas".
El portavoz de CiU se mostró comprensivo con la evidencia de que los diputados del PP no quisieran votar el texto de la oposición, pero les sugirió la abstención en el suyo propio para "enviar un mensaje al Gobierno".
En nombre de Izquierda Unida, Felipe Alcaraz pidió a los diputados del PP, a los que tuteaba en l última parte de su intervención, que no dejen a su partido como el más férreamente unido a favor de la guerra. De lo contrario, quedará patente "que no sólo estamos ante un discurso vergonzante y un liderazgo erróneo, sino ante un ejercicio continuado de mala fé". "No me da vergüenza suplicaros", aseguró.
Iñaki Anasagasti, del PNV, comenzó acusando a Rajoy de "romper el debate", en la línea de lo que después dijo José Carlos Mauricio, de Coalición Canaria, pidiendo que se dejen de lado "cortinas de hmo" y se aborde el debate "de fondo", que es si se gana o se pierde la batalla de la paz.
(SERVIMEDIA)
04 Mar 2003
CLC