Así lo destacó el presidente de la Fefci, Juan Antonio Roca, durante la presentación de este curso en la sede del Ministerio de Educación en Madrid, que acogió una jornada que clausuró la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría.

Destacó la importancia de “romper con los estereotipos y explicar a la sociedad que cada enfermedad es distinta y no define ni a quien la padece ni a sus familiares. Los niños no luchan contra el cáncer, conviven con una enfermedad que los condiciona durante un tiempo y es desde el ámbito educativo donde tenemos que saber dar respuesta”.

La responsable de las políticas educativas reconoció a los docentes, pues “al profesorado se pide respuesta para todo”, pero para ello “también se necesita formación, herramientas y recursos”. Así, agradeció a la federación la iniciativa del curso de formación que, en su opinión, mejora la atención educativa y la calidad de vida de los menores con cáncer. Para Alegría, los niños con cáncer “no sólo van a educarse y formarse” a la escuela, sino que es un espacio “que les permite convivir con sus iguales, donde encuentran su día a día normalizado” y “comprenden de la mejor manera que la enfermedad no les ha parado su vida”.

El curso, para el que la federación ha pedido a Educación su reconocimiento oficial, ya lleva cinco ediciones y se desarrolla en modalidad online con una formación de 30 horas. Está dirigido a tres tipos de profesores: del ámbito hospitalario, de atención domiciliaria y en la educación ordinaria, en colegios, el ‘hábitat’ propio de los niños en edad escolar. “Su colegio es su vida”, resaltó el presidente de la federación, de ahí que para la entidad sea clave la intervención en el ámbito educativo.

Una forma de hacerlo, expuso, es la campaña ‘El cáncer infantil sin cuentos’, encuadrada en el mes de sensibilización del cáncer infantil que se está celebrando, y que incide “en el uso adecuado del lenguaje” para hablar del cáncer que afecta a los menores “sin estigmas”. “¿Utilizamos el mismo lenguaje de guerreros cuando tiene cáncer un adulto? Es un camino, no es una batalla ni una lucha”, sentenció. Cada año, según Fefci, se diagnostican 1.400 casos de cáncer en menores en España, 1.000 en niños y 400 en adolescentes.

EDUCACIÓN CONTINUADA Y DE CALIDAD

Para la federación es “fundamental” que la sociedad conozca este proyecto de formación, que ya lleva cinco ediciones y con aumento progresivo de la demanda. “Hay que seguir trabajando para que la atención educativa continuada y de calidad”, con una “enseñanza adaptada”, aseveró Roca. “Los docentes necesitan herramientas, apoyo y conocimiento”, revindicó, ahondando en la relevancia de “enseñar a los que enseñan a manejar la carga emocional” que conlleva tener cáncer.

“Los profesores son un pilar fundamental para los menores que tienen cáncer en edad escolar”, continuó. Pero el proyecto también se fija en los compañeros y el entorno: “El alumnado también debe comprender con empatía con sus compañeros que tienen la enfermedad”.

Asimismo, el curso ahonda en la importancia que tiene “que la comunidad educativa conozca la enfermedad, cómo condiciona al aprendizaje, las secuelas y su influencia en la comunidad educativa”.

CINCO PROFESORES

También participó en el acto el presidente de la Asociación Infantil Oncológica de Madrid, Javier Hortal, además profesor y padre afectado, que detalló que el proyecto formativo de profesores se centra en un equipo docente de cinco profesores, más una técnico educativa, que trabajan en colaboración con otros cinco profesores de la Universidad de Santiago de Compostela con los que están en constante contacto.

Los contenidos del curso, prosiguió, “parten de la experiencia, la reflexión de la comisión de educación de la federación y de las fuentes fiables que se consultan con fundamento científico”. Hortal puso en valor la interactuación entre participantes, que se da a través de foros en un soporte tecnológico impulsado por la Universidad de Santiago.

La pedagoga Sonia Gutiérrez, de la Fundación Canaria Pequeño Valiente, reincidió en la necesidad de dar “la educación que se merecen” los niños con cáncer. “No sólo afecta a nivel físico y emocional, también a nivel educativo, y mucho”, aseveró.

También destacaron la importancia de este tipo de formaciones varios profesores que han formado a otros y otros que siguieron en curso y que participaron en una mesa redonda sobre cómo pasar de la teoría a la práctica en la atención a escolares con cáncer. Los profesores aseguraron que encontraron en el proyecto “información elemental y herramientas pedagógicas para adaptar la formación a cada fase de la enfermedad” o para saber “cómo los niños viven la enfermedad”, manejar situaciones que pueden surgir en el día a día en clase y otra serie de cuestiones para la educación de niños con cáncer que “no se enseñan ni en el máster del profesorado ni en las oposiciones”. “El miedo te bloquea, por eso este tipo de herramientas son muy útiles”, agregó otro docente que ha hecho el curso.