Así lo anunció hoy el titular en funciones del citado departamento, Jordi Solé Tura, quien intervino en los Cursos de Verano de la Complutese, en el Escorial, dentro del seminario "Televisión y futuro".

El ministro explicó que el Gobierno creó una comisión interministerial (integrada por las carteras de Cultura, Industria, Obras Públicas y Economía) encargada de estudiar iniciativas a configurar un plan general de lo audiovisual, basado en la defensa de la industria cinematográfica de nuestro país, con el fin de proteger el cine español.

Dicha comisión ha esbozado ya algunas propuestas que hoy fueron dadas a conocer por Solé Tura duante su ponencia en El Escorial. El conferenciante las englobó en cinco grandes apartados: medidas de información, de financiación, de cooperación entre las empresas del sector, de carácter fiscal y de innovación.

En el conjunto de medidas de financiación, enumeró la aplicación de mecanismos de ayuda a pequeñas y medianas empresas, la creación de sociedades de capital riesgo, la dotación de un fondo de garantía para dar créditos y las subvenciones para empresas que presenten planes de producción anuals o bianuales.

Durante su intervención, Solé Tura puso de relieve que en España los mecanismos de financiación de la industria del cine son rudimentarios y están basados principalmente en las subvenciones del Ministerio de Cultura, que suponen unos 3.000 millones de pesetas al año.

DEBIL E INEXISTENTE

"Nuestra industria es débil y prácticamente inexistente, ya que sólo hay un conjunto de productoras que actúan con una capacidad limitada de resistencia en el mercado, que está dominado por la podrosa industria norteamericana", indicó.

Solé Tura se refirió también a las relaciones entre el cine y la televisión, citando una serie de datos que demuestran la creciente interrelación entre ambos campos.

Según los datos que maneja el Ministerio de Cultura, en el conjunto de la CE, el número de películas emitidas por televisión pasó de 4.000, en 1977, a 9.000, en 1987. En España, la incursión de los canales autonómicos y privados hizo que la cifra se disparase, pasando de 369 largometrajes emitios en la pequeña pantalla, en 1980, a 9.000, en 1991.

El ministro de Cultura en funciones abogó por un mayor entendimiento entre la industria cinematográfica y las emisoras de televisión, al tiempo que subrayó la dificultad existente para el cumplimiento de algunos proyectos como el de la televisión sin fronteras.

Sobre este último caso, recordó que la directiva comunitaria ya está aprobada, aunque España no ha incorporado a su ordenamiento, porque uno de sus requisitos, muy difícil de cumplir, e que el 50 por ciento de la programación de ficción debe ser de producción europea.