Este nuevo marco de relación entre la Administración y la ONCE servirá, de una parte, para intensificar la implicación de la organización de os ciegos en el campo de la solidaridad social y, de otra, permitirá que su corporación financiera e industrial pueda elaborar presupuestos y realizar inversiones sin precisar ya de la autorización previa del Gobierno.

El acuerdo global, calificado como histórico tanto por los principales responsables de la ONCE, como por la representación gubernamental, fue suscrito en la sede del Ministerio de Asuntos Sociales, en Madrid, por los ministros de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga; de Interior, José Lis Corcuera; de Trabajo y Seguridad Social, Luis Martínez Noval, y por Matilde Fernández, en su calidad titular de Asuntos sociales.

José María Arroyo, presidente del Consejo General de la ONCE, y Miguel Durán, director general, fueron los encargados de firmar el pacto en representación de la institución.

Las negociaciones, iniciadas el pasado mes de octubre, concluyeron con un paquete de medidas, entre las que destaca la integración del personal de la organización en el sistema de la Seguridad Scial.

La ONCE deberá abonar a la Tesorería de este organismo 64.000 millones de pesetas por la integración de los 11.864 pensionistas y otros 10.800 millones de pesetas por sus 11.735 trabajadores en activo.

Asimismo, el acuerdo establece para los próximos tres años, un tope máximo en recuadación de la venta del cupón de 300.000 milllones de pesetas. Para futuros ejercicios, el Gobierno aplicará un incremento igual al del IPC.

En cuanto a la política social, el Ministerio de Asuntos Socialesintensificará su colaboración con la entidad que administran los ciegos, que continuará destinando el 3 por ciento de los ingresos obtenidos por la venta del cupón a la Fundación ONCE.

A partir de la consecución del acuerdo, el departamento que dirige Matilde Fernández contará con dos miembros en el patronato de la Fundación ONCE, cuyos fines principales seguirán siendo la integración laboral de las personas con minusvalía y la eliminación de barreras arquitectónicas.

SATISFACCION DEL GOBIERNO

l Ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, justificó el protocolo firmado hoy con la ONCE por el cambio de estructura y naturaleza operado por la organización, "que ha llegado a convertirse en los últimos años en un grupo financiero y económico relevante".

"Por ello", aseguró, "este grupo, a la hora de tomar sus decisiones de inversión, se encontraba con un sistema de tutela administrativa que estaba pensado para la antigua estructura que sólo ofrecía ocupación a sus afiliados a través de un orteo".

En opinión del ministro, esta nueva situación derivada de la expansión progresiva de la ONCE, obligaba al Gobierno a redefinir un marco de relaciones.

Por todo ello, en el terreno financiero, la institución de los ciegos queda liberada de cualquier limitación en suactividad inversora, que sólo será revisada "a posteriori" bianualmente.

LA JUSTIFICACION DEL TOPE DEL CUPON

Respecto al establecimiento de un tope en la venta del cupón, Solchaga lo justificó aludiendo al escaso crecimieto del mercado del juego en España y aseguró que "si la ONCE vende más, ese dinero lo dejará de ingresar el Organismo Nacional de Loterías de España".

Según los datos facilitados por el ministro de Economía y Hacienda, en 1982, la ONCE acaparó el 15 por ciento del mercado del juego, porcentaje que ha crecido hasta el 30 por ciento en 1990.

Por otro lado, la integración de los trabajadores de esta entidad a la Seguridad Social se produce, dado que "el Gobierno no es partidario de que existan sisteas particulares de seguridad social, para evitar problemas futuros".

Carlos Solchaga negó que la Organización Nacional de Ciegos hubiera contado alguna vez con una fiscalidad especial en sus inversiones "que, como antes, estarán sometidas a los impuestos sobre beneficios".

En cuanto a la posibilidad de que el Gobierno disponga de algún representante en el consejo de administración del "holding" empresarial de la ONCE, tanto el ministro, como Miguel Durán lo negaron tajantemente.

No obstante,Carlos Solchaga comentó, en tono anecdótico, que esa era una eventualidad que les gustaría mucho contemplar, al igual que tener a alguien en el consejo del Banco Central, por ejemplo.

TRABAJO SOCIAL CONJUNTO

Por su parte, la minsitra de Asuntos Sociales, Matilde Fernández, aseguró que con este convenio la política social que viene realizando la ONCE, especialemente desde la creación de su fundación, atenderá a muchas de las directrices que marca su departamento.

Las empresas en las que particip mayoritariamente la Fundación ONCE no pasarán a engrosar el "holding" de la organización y una tercera parte de su presupuesto se destinará a programas consensuados con este departamento, según informó la ministra.

En opinión de José María Arroyo, presidente de su Consejo General, los responsables de la ONCE valoran muy positivamente el protocolo suscrito hoy, que garantizará a su entidad una mayor autonomía en la política de inversión, "cuyos beneficios siempre se han reinvertido en la prestación deservicios sociales", recalcó el presidente.

Uno de los acuerdos más destacado, según destacó el propio José María Arroyo, es la integración de los trabajadores y jubilados de la organización a la Seguridad Social, "que asegurará el futuro de esas personas".

LA MAYORIA DE EDAD

Por su parte, el director general de la ONCE, Miguel Durán, enfatizó que este acuerdo otorga la mayoría de edad a su entidad y que satisface a las dos partes. Además, termina con todas las especulaciones y rumores, más o mnos bien intencionados, sobre el potencial económico de la institución y el empleo que hacen de él sus directivos.

Durán recordó que uno de los objetivos de la diversificación empresarial emprendida por la organización fue la de conseguir la integración social de las personas con minusvalía desde los equipos de gestión de las empresas.

El director general de la ONCE negó que en el proceso de negociación, la institución que dirige hubiera salido victoriosa en detrimento de los intereses de la Admiistración.

"El talante negociador del Gobierno español", precisó Durán por último, "si se sabe excitar convenientemente, existe. Si el Ejecutivo no tuviera la seguridad de que los fondos de la ONCE no van a buen destino, seguro que no hubiera ido tan bien la negociación".