Con este llamamiento, Cruz Roja pretende prestar asistencia durante los próximos seis meses y adquirir utensilios de cocina, mosquiteros, materiales de refugio temporal, artículos de higiene y de salud, bidones y pastillas de purificación del agua.

Según la Cruz Roja Filipina, el deslizamiento de tierras ocurrido en la isla de Leyte tras las recientes lluvias del monzón ha sepultado más de 300 casas bajo el barro y teme que haya un alto número de muertos porque la catástrofe afectó al 90% de la zona.

"Se trata de una de las regiones más apartadas e inaccesibles del país. En algunos lugares, el barro llega hasta la cintura, lo que dificulta la búsqueda de supervivientes y la atención de los heridos", apuntó Richard Gordon, presidente de la Cruz Roja Filipina.

Varios equipos de emergencia de la Cruz Roja Filipina continúan trabajando en el rescate y la recuperación de cadáveres.

Desde Manila, la Cruz Roja envió un avión Hércules con 1.000 bolsas para cadáveres y suministros de socorro, entre ellos 300 mantas, 400 paquetes de galletas, botas de goma, cuerdas, ropa, linternas y medicamentos.

Por su parte, Cruz Roja Española, que tiene una delegación permanente en Filipinas, ultima un plan de ayuda para auxiliar durante el próximo medio año a los damnificados por los deslizamientos de tierra.

La responsable de Cooperación para Asia de Cruz Roja Española, Pilar González Laso, subrayó al respecto que "lo fundamental, tras el rescate, es dotar a los supervivientes de equipos de higiene, agua, viviendas provisionales, ropa y comida".