CRONICA RESUMEN 1995. MADRID ============================
- Las agresiones de las tribus urbanas en Madrid alcanzaron una media de dos por semana
- Las medidas policiales deben ir acompañadas de campañas de información y educación, sobre todo entre los jóvenes
- El ayuntamiento reforzó la represión de la venta de bebidas alcohólicas a menores
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
(Por AnselmoLucio)
Las agresiones de las tribus urbanas han marcado este año en Madrid, aunque la capital ha compartido este fenómeno con Barcelona y otras ciudades españolas. 1995 ha sido también el año en que fueron detenidos los secuestradores y asesinos de la joven Anabel Segura, casi dos años y medio después de haber sido arrancada a su familia.
La muerte del joven Ricardo Rodríguez en el polígono Costa Polvoranca de Alcorcón el pasado 21 de mayo y la mortal paliza que recibió David Martín en una discotca de Arganda del Rey el 15 de octubre son los casos extremos, pero detrás hay más de un centenar de intimidaciones a golpes, cuchilladas o persecuciones a quienquiera que se cruzara en su camino.
No es lo mismo la violencia juvenil que la de estos grupos. Toda la vida ha habido palos en los bailes porque un joven se molestaba de que otro le pidiera un baile a su chica, o porque los mozos del pueblo vecino ligaban con las de casa.
Pero las denominadas tribus urbanas son otra cosa, mezcla de gregaismo primitivo y de asociación ideológica. De entre ellas, los rapados han destacado por la contundencia y la frecuencia de sus agresiones, pero también son violentos los 'punkies', que han destrozado media docena de establecimientos "Seven Eleven" en Madrid.
Además, están los grupos del fútbol 'Ultrasur' y 'Frente Atlético', 'bakaladeros', 'rappers' y 'heavies', entre otros. Todos ellos se caracterizan por estar integrados por adolescentes y jóvenes que no superan los veinte años en muchos casos, de xtracción social humilde.
NAZIS
Desde el punto de vista ideológico, los 'cabezas rapadas' son claramente autoritarios, se consideran superiores y veneran los símbolos nazis, aunque muchos no tengan ni remota idea de lo que significó el fascismo y lo que provocó: la II Guerra Mundial.
También hay rapados de tendencia izquierdista, los 'red skins', pero son los menos y por ello no dejan de ser igual de violentos. Por su parte, los 'punkies' son declarados enemigos de los rapados y se consideran iquierdistas.
El Estado comenzó a tomar medidas el año pasado y la policía creó el Grupo de Tribus Urbanas, que contabilizó más de 250 agresiones de estos colectivos en Madrid en 1994. El 95, a falta de los datos del segundo semestre, lleva camino de igualar, si no superar, la cifra. Según las cifras disponibles, en los siete primeros meses del año hubo una media de dos palizas o apuñalamientos por semana, media que subió a tres agresiones en julio.
El ministro de Interior y Justicia, Juan AlbertoBelloch, indicó en el Congreso en septiembre que la violencia de estas bandas no se acaba sólo con medidas policiales, sino que hay que reforzar la información a los ciudadanos y la colaboración entre administraciones e instituciones sociales.
El Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana, constituido en abril e integrado por la policía y distintos estamentos sociales (asociaciones de vecinos, padres, fiscales, sindicatos, jóvenes, empresarios) comenzó en septiembre una campaña para prevenir estos comporamientos violentos.
FENOMENO MARGINAL
La tesis oficial es que la violencia de las tribus urbanas es un fenómeno marginal entre la juventud, pero potencialmente peligroso si no se ataja a tiempo. Es, salvando las distancias, como el cólera, una enfermedad que requiere medidas de policía sanitaria y educación social junto a las puramente terapéuticas.
La violencia de los rapados va dirigida contra los más débiles -vagabundos, inmigrantes, travestis- y contra quienes son diferentes cultural, racia o políticamente, sin mediar provocación y por el placer de machacar al prójimo. El antídoto es educar a los jóvenes en la tolerancia, la cultura democrática, los derechos humanos y la justicia, aunque muchos malos ejemplos de corrupción, privilegios corporativos o desigualdad de oportunidades lo hagan difícil.
Por otra parte, el Ayuntamiento de Madrid ha intensificado en los últimos doce meses las sanciones a locales y discotecas por servir bebidas alcohólicas a menores. La discoteca "Attica" es el myor exponente, cerrada tras fallecer un joven a su puerta.
La Policía Municipal ha convertido en rutinarios los controles en bares de copas, pero hasta que cuatro salas no fueron cerradas los empresarios del sector no se tomaron en serio el compromiso de impedir la entrada en esos establecimientos de quienes no han cumplido los 16 años.
Sin embargo, la dureza del alcalde, José María Alvarez del Manzano, duró bien poco y anunció una tregua a los sancionados desde el 14 de diciembre al 10 de enero,periodo durante el cual se levantará el cierre.
(SERVIMEDIA)
23 Dic 1995
A