CRONICA RESUMEN 1994. ECOLOGIA ==============================
- Las llamas se cobraron 31víctimas mortales
- El 0,39 por ciento de los incendios arrasó el 73,9 por ciento de la superficie total afectada
- Valencia, Cataluña, Castilla y León y Castilla-La Mancha, las comunidades más castigadas
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(Por Gustavo Jerez)
El año que finaliza resultó ser, con diferencia, el peor de la actual década en lo que a incendios forestales respecta. La superficie afectada por las llamas es cinco veces mayor que la de 1993 y se sitúa entre las cuatro más ltas registradas en los últimos 35 años.
Después de los buenos resultados obtenidos el año pasado, cuando ardieron 89.267 hectáreas, de las cuales menos de la mitad eran arboladas, los incendios forestales han retornado con especial virulencia en 1994, arrasando más de 400.000 hectáreas, cifra que no se superaba desde 1989, cuando ardieron 426.468.
Para documentarse sobre desastres similares hay que remontarse a 1985 (484.476 hectáreas) y 1978 (434.467). A diferencia de esos años, en éste la mayo parte de la superficie quemada corresponde a áreas arboladas.
Hasta el pasado mes de noviembre ardieron 419.288 hectáreas, de las cuales 234.736 eran arboladas. La Comunidad Valenciana, con más de 130.000 hectáreas; Cataluña, que supera las 64.000; Castilla y León, más de 40.000, y Castilla-La Mancha, con una cifra similar, fueron las comunidades más afectadas. Por el contrario, Galicia apenas superó las 11.000 hectáreas, a pesar de que el mayor número de puntos de inicio de incendios se situó precismente en esta comunidad autónoma.
Aunque el número de incendios también aumentó respecto a 1993, la inmensa mayoría ocasionaron daños pocos relevantes. Sin embargo, un 0,39 por ciento de los cerca de 7.000 siniestros declarados en 1994 quemaron el 73,9 por ciento de la superficie total afectada.
GRANDES INCENDIOS
La mayor parte de esos grandes incendios se produjeron entre el 3 y 5 de julio, consecuencia, según el análisis realizado por el Icona, de la ola de calor registrada esos días, asociad a vientos del oeste que afectaron a la mitad oriental de la península.
A principios de julio se originaron los incendios de Villarluengo (Teruel-Castellón); Moratalla (Murcia-Albacete); Bigues i Riells, Fonollosa, Montmayor, Collbató, Canyelles, todos ellos en Cataluña; Alto Mijares, Requena, Millares, Albaida y Mariola, en la Comunidad Valenciana, y Motril, Líjar, El Ronquillo, Tarifa y Renteji, en Andalucía.
La mayoría de estos incendios se controlaron los días 7 y 8 de julio y pudieron ser exinguidos el día 10. Durante esa semana se quemó más del 40 por ciento de la superficie afectada este año.
El viento también favoreció la propagación del fuego en otros siniestros de consecuencias desastrosas, como los de San Martín de Boniches (Cuenca), Yeste (Albacete), Nonaspe (Zaragoza-Tarragona) y los declarados en la isla canaria de La Palma.
Además del viento registrado en las citadas zonas durante el verano, el Icona señala la sequía como principal causa de la importante incidencia que ha enido el fuego en 1994. Este departamento recuerda que sólo en Galicia, País Vasco y norte de Extremadura las precipitaciones han alcanzado los valores normales.
SEQUIA
La carencia de precipitaciones ha sido especialmente acentuada en Cataluña, Aragón, Valencia, Castilla-La Mancha, Murcia y algunas zonas de Andalucía. Los datos del Instituto Nacional de Meteorología revelan que en esas áreas la lluvia fue inferior al 50 por ciento de la cifra media interanual en el período comprendido entre el 1 de nero y el 31 de agosto, y en algunos puntos de Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana las precipitaciones no alcanzaron un tercio de sus valores normales.
El Icona mantiene que estas condiciones meteorológicas provocaron en la vegetación durante la primavera un incremento de la proporción de partes muertas, las que arden con mayor facilidad, en relación a años anteriores.
Entre enero y junio ya habían ardido 48.177 hectáreas, cifra que suponía más de la mitad de la superficie total quemada n todo 1993. Con la llegada del verano, la situación de déficit hídrico se acentuó descendiendo el contenido de humedad de los tejidos vivos de las plantas hasta niveles en torno al 50 por ciento, cuando los valores normales en estas fecha se sitúan alrededor del 100 por cien.
Esta situación hizo que durante los meses de verano se registraran 30 días de riesgo extremo en Almería, 25 en Málaga, 24 en Granada, 23 en Huesca, 29 en Tarragona, 24 en Barcelona y 21 en Castellón.
No obstante, las organiaciones ecologistas consideraron irreal responsabilizar exclusivamente a la sequía de los cuantiosos daños ocasionados por las llamas, y culparon a las administraciones central y autonómicas de centrar todos los esfuerzos en las labores de extinción, descuidando la prevención.
En cualquier caso, el importante dispositivo de medios terrestres y aéreos dispuesto por las comunidades autónomas y la Administración central, respectivamente, para combatir los incendios forestales, no pudieron impedir ni deteer el avance del fuego.
EFECTIVOS
Alrededor de 20.000 hombres y más de 80 aeronaves, que realizaron 12.000 horas de vuelo, participaron en las labores de prevención y extinción. Pese a que no resulta fácil cuantificar los daños económicos que provocan este tipo de desastres, los datos oficiales indican que en 1989, año en el que ardió una superficie similar, ascendieron a 94.462 millones de pesetas.
Más importantes que las pérdidas ecónomicas son las humanas, y desgraciadamente 1994 también se itúa en los puestos de cabeza en este apartado, ya que 31 personas perdieron la vida como consecuencia de los incendios forestales.
De esas 31 personas, 22 participaban en labores de extinción y 9 eran ajenas a ellas (3 excursionistas, 3 ancianos, un pastor, un monje de La Cartuja de Montealegre y un vecino de la localidad cordobesa de Posadillas).
Hay que citar además los 5 ciudadanos rusos que componían la tripulación de un helicóptero M18 dedicado a tareas de extinción que murieron al sufrir u accidente la aeronave cuando no participaba en este tipo de labores.
(SERVIMEDIA)
18 Dic 1994
GJA