CRONICA RESUMEN 1994. 'CASO RUBIO' =================================
- "Está aún a tiempo de salvar la poca dignidad que le queda", le espetó el socialista Hernández Moltó antes de iniciar su caída
- La Comisión Rubio fue concluyente: el ex gobernador del banco de España se enriqueció ilícitamente, defraudó a Hacienda y mintió al Parlamento
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(Por Juan Carlos Villanueva)
El día 15 de abril de este año no se borrará fácilmentede la memoria de Mariano Rubio. Durante su comparecencia en la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados, el diputado socialista Juan Pedro Hernández Moltó, en tono tenso, le espetaba: "Está aún a tiempo de salvar la poca dignidad que le queda". "Si no es así, sepa que nos va a encontrar enfrente".
Tan sólo unos días antes, el diario "El Mundo" había hecho pública la existencia de una cuenta secreta, la "7MM", que el ex gobernador del Banco de España había mantenido en Ibercorp con saldos de asta 130 millones de pesetas no declarados a Hacienda.
Pero Rubio se empeñaba en ignorar esta denuncia y otras que por aquellas fecha se referían a su persona y prefirió eludir cualquier rssponsabilidad. "Señor Rubio, míreme a los ojos", llegó a decir Hernández Moltó, irritado. Pero Rubio no le miró a los ojos, sino que continuó en su balbuceante actitud de negarlo todo sin darse cuenta de que con su actitud iba a obligar a los diputados a buscar otras fórmulas de investigación.
Hizo lo que ya haía hecho dos años antes sin que las acusaciones llegaran a afectar a su imagen de "probo y eficaz funcionario". Por aquel entonces, el propio presidente del Gobierno defendió su honorabilidad.
Sin embargo, esta vez no iba a a ser lo mismo. La respuesta de Hernandez Moltó no se hizo esperar y cogió por sorpresa al ex gobernador: esa misma tarde solicitaba la creación de una comisión de investigación para estudiar el posible uso de información privilegiada y tráfico de influencias en que supuestamente hbría caído Rubio.
LOGICA IRRITACION
La irritación de Hernández Moltó era comprensible. En 1992, cuando surgieron las primeras noticias sobre irregularidades en Ibercorp, Mariano Rubio le había engañado para que le defendiera en una sesión informativa ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados, cosa que Hernández Moltó hizo, después de que el día anterior en su despacho de Cibeles Rubio le negara personalmente su participación en actividades irregulares, durante una reunión hábilmenteescenificada en la que no faltó alguna que otra lágrima.
Posteriormente, el 15 de abril de 1994, Mariano Rubio comparece en la Comisión de Economía del Congreso sin que todavía reconozca la existencia de esa cuenta ni las compras de acciones de bancos que se le imputaba, colmando así la paciencia de los diputados.
A partir de ese momento, bajo la presidencia del nacionalista Jon Zabalía, la Comisión Rubio se convirtió en uno de los ejes de la actualidad. Por esta comisión, que concluyó sus trabajs el 6 de octubre con la presentación de su dictamen al pleno del Congreso, ha desfilado lo más granado de la política y las finanzas españolas, icluidos los ex ministros de Economía Miguel Boyer y Carlos Solchaga, a quien el Partido Popular ha intentado cargar la responsabilidad política del "caso Rubio".
El propio Rubio compareció por dos veces ante la comisión parlamentaria. La primera de ellas logró colmar la paciencia de todos los diputados miembros de la comisión por negarse sistemáticamente a rsponder a sus preguntas, en una sesión que todos calificaron de "nula colaboración".
SINDROME DE ESTOCOLMO
Todo lo contrario que su amigo Manuel de la Concha, agente de cambio y bolsa y presidente de Ibercorp, y pieza determinante en los asuntos irregulares del ex gobernador. Posiblemente, De la Concha habrá maldecido más de una vez esta amistad que el día 4 de mayo le arrastró a la cárcel, junto con Rubio.
Aquel 4 de mayo ambos ingresaban en Carabanchel tras una detención que sorprendió al entrno financiero por su rapidez y sobre la cual planearon ciertas sospechas de presiones por parte del Gobierno, que entonces se encontraba en uno de sus momento más bajos, con Roldán fugado, continuas acusaciones de corrupción y unas elecciones europeas en ciernes bajo la amenaza de un fuerte varapalo.
Sin embargo, en su comparecencia ante la Comisión Rubio, De la Concha logró despertar el "síndrome de Estocolmo" entre los diputados. Su actitud de colaboración y, posiblemente, su don de gentes y su concimiento de los mercados financieros consiguió que los miembros de la comisión elogiaran su actitud.
Bien es verdad que a partir de aquel momento es cuando los parlamentarios que formaban la comisión Rubio fueron tomando conciencia más exacta de la participación del ex gobernador del Banco de España en la compra-venta de acciones de Sistemas AF, auténtico eje de su enriquecimiento, y de la voluntad de ocultación de su participación "a través de una maraña de sociedades interpuestas", como los diputado fueron comprobando.
Los trabajos de la Comisión Rubio, que han ido en paralelo con los que ha realizado el juez que lleva el sumario, con el que la relación no fue todo lo dulce que cabría esperar, concluyeron el día 6 de octubre cuando ante el pleno del Congreso se presentaba un dictamen concluyente: Mariano Rubio se ha enriquecido ilegalmente, ha defraudado a Hacienda, mintió al Parlamento y quebró la confianza depositada en él.
La calificación de los delitos en los que pudiera haber incurrido de díficil prueba, quedaba a la determinación del juez, pero el informe no podía ser más concluyente.
Carlos Sochaga quedaba libre de mayores responsabilidades que las que él mismo había asumido con su dimisión como portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, a pesar del empeño que los populares, a través de su diputada Luisa Fernanda Rudi, que ha adquirido una notable notoriedad por sus intervenciones en la comisión, reflejaron en su voto particular de extender la responsabilidad por el "caso Rubio a Carlos Solchaga como ex ministro de Economía y al propio Felipe González, por haberlo designado gobernador y, especialmente, por haber salido en su defensa en los primeros momentos en los que se denunciaron irregularidades en Ibercorp.
Izquierda Unida, por su parte, quiso poner el énfasis durante todo el desarrollo de la Comisión en que los socialistas debían responder políticamente por haber favorecido una cultura de enriquecimiento rápido y haber consentido que el sector financiero registrara un uen número de casos similares.
Un asunto aparentemente cerrado desde el punto de vista político, aunque la imagen de Mariano Rubio, máximo responsable de una de las instituciones nucleares del Estado, sometido a la vigilancia y censura de diputados y jueces no desaparecerá fácilmente de la memoria de los ciudadanos ni de los mercados financieros.
(SERVIMEDIA)
18 Dic 1994
JCV