Así lo manifiesta en una entrevista para la PMP, en la que afirma que la Comisión que preside tiene establecidos en la actualidad cinco ejes de actuación prioritarios: empoderamiento, participación y liderazgo de las personas mayores; accesibilidad y diseño para todas las personas; formación a lo largo de la vida; tecnología para la vida y entornos amigables; y transporte, movilidad y turismo.

Asimismo, Rodríguez-Porrero recalca que las distintas comisiones de la PMP “perseguimos lo mismos fines para defender los derechos, deseos y dignidad de las personas mayores, contribuyendo con todos los agentes a conseguir una sociedad mejor en la que vivir en todas las etapas de la vida, presentes y futuras generaciones”.

Según indica, el reto demográfico implica que el porcentaje de población de personas mayores sea cada vez mayor. A este respecto, explica que las medidas para garantizar un envejecimiento y saludable a este colectivo mayoritario pasan por “ofrecer una atención integrada y centrada en las personas y proporcionar acceso a cuidados a las personas que lo necesiten. Todo ello propiciando la participación significativa de las personas mayores y fortaleciendo su liderazgo”.

Además, incide en que una de las carencias que se hacen “más evidentes” en España es la cada vez mayor escasez de servicios esenciales en las zonas rurales. En este sentido, Rodríguez-Porrero destaca que “hay situaciones que requieren una mayor atención, como son las mujeres y hombres que envejecen en zonas rurales”.

Para ella, los servicios no llegan tan fácilmente a esas zonas y los que hasta ahora existían pueden desaparecer bajo duras premisas de falta de rentabilidad, dejando a las personas en situación de dependencia de otros familiares o vecinos, como está ocurriendo con entidades bancarias, sanitarias, administrativas o de transporte.

Además, según Rodríguez-Porrero, es importante “facilitar la participación de personas mayores en la mejora de sus entornos. Las Asociaciones de Personas mayores en entornos rurales también deben jugar un papel facilitador y ser apoyadas desde las administraciones con el fin de que cumplan este importante cometido”.

Por otra parte, asegura que en el envejecimiento activo y saludable también juega un papel importante la economía social y de los cuidados, sobre todo para aquellas personas mayores más dependientes. En este sentido, Rodríguez-Porrero aclara que “el envejecimiento activo y saludable no supone quitar recursos a cuidados como a veces se ha malinterpretado. Jugar un papel activo como personas mayores requiere también defender nuestro derecho a ser cuidados y poder elegir como queremos recibir esos apoyos”.

“También hay que tener en cuenta que muchas personas mayores, y en gran mayoría mujeres, son cuidadoras, y que también su voz tiene que ser escuchada, sus derechos salvaguardados, su bienestar apoyado, y el peso del cuidado mejor repartido reconociendo la implicación en la responsabilidad de todos los agentes sociales y comunitarios, aportando recursos adecuados y suficientes”, concluye Rodríguez-Porrero.