Las sequías, salinización de territorios, inundaciones y deforestación, así como los conflictos armados en algunos países y el aumento de precios de los alimentos están provocando que unas 346 millones personas sufran una crisis alimentaria.

Alianza por la Solidaridad-ActionAid alertó que la crisis climática afecta desde Etiopía y Somalia, azotadas por la sequía, hasta Mauritania, Burkina Faso o Senegal, y se ve agravada por la actual situación del conflicto entre Ucrania y Rusia, dos de los países que más cereales exportan áfrico, un comercio que hoy está interrumpido.

Con motivo del Día de la Tierra, que se celebra el 22 de abril, la entidad instó a la comunidad internacional a dar respuesta a las ayudas que se han solicitado desde Naciones Unidas.

Asimismo, exigió la puesta en marcha de un fondo internacional de apoyo para paliar los daños de estos fenómenos climáticos extremos que están relacionados con el calentamiento global generado en los países industrializados.

CONSECUENCIAS EN ÁFRICA

La agencia humanitaria de Naciones Unidas, OCHA, calcula que 27 millones de personas de África Occidental están pasando hambre y otros 11 millones podrían sumarse en los próximos tres meses.

En África Oriental, en concreto en el Cuerdo de África, se estima que 14 millones de personas se enfrentan a los impactos de una grave sequía que se prolonga tres temporadas. Mientras que en el sur del continente, el problema de las inundaciones ha dejado 450 muertos esta semana.