Del total de créditos morosos, 704.600 millones de pesetas corresponden a la banca, 538.200 millones a las cajas de ahorros, 55.800 millones a las cooperativas de crédito y el resto a otras entiades financieras.

Los datos de junio ponen de manifiesto que en dicho mes no se confirmó la ralentización en el aumento de los créditos morosos registrado en mayo, si bien su ritmo de crecimiento no es el mismo de los primeros meses del 91.

Así, en junio, los créditos morosos aumentaron en 36.900 millones de pesetas, de los que 14.200 millones de pesetas correspondieron a la banca, 17.700 millones a las cajas de ahorros y 2.100 millones a las cooperativas de crédito.

Estos datos no parecen cnvalidar las perspectivas de la Asociación Española de la Banca Privada (AEB), que confiaba en que la reactivación económica apuntada hacia el mes de marzo y el mayor rigor de las entidades hiciese posible una mejora de estas cifras.

En lo que va de año, destaca el fuerte aumento de la morosidad en los bancos (144.300 millones de pesetas) y las cajas de ahorros (83.700 millones de pesetas), frente al relativo estancamiento registrado en las cooperativas de crédito, al aumentar en sólo 4.800 millones.CRECIMIENTO ININTERRUMPIDO

El crecimiento de los créditos morosos del primer semestre duplica el registrado en el mismo periodo del año 90 (246.900 millones de pesetas frente a 128.300 millones), lo que también pone de manifiesto que los problemas que tienen los bancos para recuperar sus préstamos no van a menos.

Los créditos morosos (que son aquellos que se retrasan 90 días o más en su devolución) han crecido ininterrumpidamente en los últimos años, con la única excepción próxima del mes de novembre de 1990, cuando se redujeron en casi 3.000 millones de pesetas.

No obstante, las cifras de morosidad de bancos y cajas de ahorros, a pesar de ser muy superiores a la de uno o dos años, se encuentran a gran distancia de las registradas en los primeras años de la década de los ochenta. Entonces, los créditos morosos del sistema bancario llegaron a representar hasta el 8 por ciento de la inversión crediticia.

En los últimos años, su evolución ha sido la siguiente: 830.800 millones de pesetas e 1983, 914.400 millones en 1984, 871.500 millones en 1985, 773.500 millones en 1986, 751.700 millones en 1987, 737.200 millones en 1988, 785.700 millones en 1989, 1.094.400 millones en 1990 y 1.341.300 millones en junio del 91.

Estas cantidades incluye, de acuerdo con la normativa del Banco de España, aquellos créditos considerados como "dudosos", constituidos por inversiones crediticias y valores de renta fija cuyo reembolso sea problemático. Están excluidos los créditos de "muy dudoso cobro", que la entidades financieras están obligadas a dar de baja inmediatamente en el balance.

A pesar de que la marcha de los créditos morosos no amenaza en absoluto, en sus actuales niveles, la solvencia de las entidades de crédito, destaca el hecho de que su ritmo de crecimiento en el primer semestre duplica el previsto para toda la inversión crediticia por las autoridades monetarias.