El embajador explicó que el número de alpinistas españoles que intentan coronar esta cima ha crecido considerablemente este año, ya que en 1994 emprendieron la escalada 80 alpinistas, 24 menos que este año.

Con el fallecimiento de Escartín, Olivar y Ortiz, son cuatro los alpinistas españoles que encontraron la muerte en el K-2 (Pakistán), con 8.611 metros de altitud y segunda cima más alta del mundo después del Everest (8.846 metros), situado también en el cordillera del Himalaya

Este año han fallecido cuatro montañeros en el K-2, el primero de ellos en julio, cuando Jordi Anglès resbaló en el descenso, después de que la cordada decidiera abandonar el intento de llegar a la cima a causa del mal tiempo.

Los tres últimos alpinistas fallecidos son Escartín, Olivar y Ortiz que fueron sorprendidos el pasado día 13 de agosto en el descenso por un vendaval helado de 150 km/h., a unos 8.000 metros de altitud, después de 'hollar' la cima.

En el caso del catalán se pudo rescaar el cadáver y trasladarlo a España, pero los cuerpos de los tres aragones permanecerán para siempre a pocos metros de la cima del monte conocido como la "montaña asesina".

ASCENSO PREVIO PAGO

El ascenso al k-2 tiene que hacerse previo pago al Gobierno pakistaní de un millón de pesetas para conseguir la autorización que permita coronar la cumbre de una montaña casi inexpugnable, más difícil incluso que llegar al punto más alto del mundo, Everest, ya que el K-2 exige unos requisitos sólo aptos para xpertos alpinistas.

Haber ascendido al Everest por la ruta normal con ayuda de oxígeno no es ningún aval para plantarle cara a la "montaña asesina", ya que el éxito de la empresa depende del buen tiempo.

La pérdida de los tres aragonoses incrementa el número de los alpinistas de todas las nacionalidades fallecidos, situándolos en 43. La tragedia más grave sucedió en 1986 cuando fallecieron 13 montañeros.