La patronal ha valorado en 70.000 millones al día el coste que tiene para las empresas la baja de actividad que supone el trabajo en una jornada entre festivos (la próxima semana tiene tres días de esta características).

La estimación de CEOE proviene de la cifra de 300.000 millones de pesetas que pierden las empresas en una jornada de huelga general cuando no existe actividad alguna. La patronal reconoce que los 'puentes' son beneficiosos para algunas actividades empresariales, como el turismo, y que en esos días la productividad baja pero no desaparece por completo, por lo que estima que la actividad queda limitada a una cuarta parte de la normal.

Las fuentes de CEOE consultadas por esta agencia dijeron que, de todas formas, los mayores perjuicios son a nivel de imagen de cara a los inversores exteriores, que no entienden que un país se pueda pralizar casi por completo durante una semana sin que esté recogido así en el calendario laboral.

CEOE aboga por trasladar las fiestas con menor raigambre y tradición a los lunes y espera mantener reunirse con la Administración y las demás partes implicadas (sindicatos y Conferencia Episcopal) para solucionar "cuanto antes" el calendario de 1995.

No obstante, la patronal piensa que determinadas fiestas deben realizarse en el día en el que están señaladas, tales como el 12 de octubre (celebración d la Hispanidad) y el 25 de diciembre, Navidad, por ejemplo.

Por su parte, el Ministerio de Trabajo ya se ha dirigido a la Santa Sede para negociar el traslado de dos fiestas religiosas a lunes para 1995. Se trataría del 15 de agosto (Virgen de la Asunción), que cae en martes, por lo que se pasaría al 14, y la de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre viernes, que pasaría al lunes día 11.