Pese a esto, las principales asociaciones de agricultores son cautas, y confían en que "llueva de aquí a octubre para recuperar algo la cosecha".

El portavoz sectorial del olivar de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), Luis Carlos Valero, fue muy pesimista respecto a las previsiones y calificó la situación como "casi catastrófica" debido a "las heladas y a la fuerte sequía que asola nuestro campo".

En primavera se hicieron unas previsiones de entre 700.000 y 760.000 toneladas que, según Valero, "tenderán a la baja si las cosas siguen así", frente a las 980.000 recolectadas en la anterior campaña.

"TRISTE Y ARRUGADA"

Por su parte, el responsable del sector olivarero de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Javier Alejandre, se mostró más cauto y, pese a estar seguro de que "será una campaña corta", aseguró que los resultados finales van a depender del nivel de precipitaciones de aquí a octubre, que podrían ayudar a algunas zonas". "Otras, en cambio, son irrecuperables", afirmó Alejandre.

Cada año aumenta el porcentaje de regadío, lo que hace que esos campos dependan menos de la climatología. Pese a esta circunstancia, en Jaén, principal provincia productora, el regadío no llega a un tercio del total.

Por último, el portavoz encargado de estos asuntos de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Gregorio López, hizo hincapié en la "crudeza" de la sequía de este año. "Ha habido zonas que no han recibido ni 200 litros en todo el año, por lo que será difícil que se puedan recuperar" (los árboles).

"La aceituna está triste y arrugada", lamentó Gregorio López, quien se mostró esperanzado en que en los dos próximos meses la climatología les ayude y puedan remontar las previsiones de cara a la recogida de la uva.