Según dicha coordinadora, que agrupa a comités de quince localidades próximas y a las organizaciones ecologistas Aedenat y Greenpeace, la Empresa Nacional de Residuos (Enresa) y el Centro de Investigaciones Energéticas, Madioambientales y Tecnológicas (Ciemat) han colocado una valla metálica que "trunca la continuidad de la vía pecuaria".

El cierre del Cordel de las Merinas y la perforación de su suelo violan, a juicio de la cordinadora antinucler, la Ley de Vías Pecuarias de 1974 y el Reglamento de 1978 que la desarrolla.

Aedenat señala en un comunicado que la vía pecuaria del Cordel de las Merinas es de dominio público y sirve para el tránsito de ganado, movimiento de maquinaria agrícola y nuevos usos alternativos de las mismas, entre los que señala el senderismo y el cicloturismo.

Por contra, fuentes del Ciemat declararon a Servimedia que "el único ganado que pasa por allí desde hace tiempo es el que llevó el otro día la gente del puelo, con el que destrozaron el material que estamos utilizando para investigar la migración subterránea del uranio que había en las minas de Nombela".

Las mismas fuentes señalaron que la valla la colocó el dueño de la finca privada "El Berrocal", con el que este organismo firmó un contrato de alquiler del terreno, "y nunca hemos tocado esa valla". "Es más", añadieron, "el otro día fue gente del pueblo allí con ganado y tiró la valla. Nosotros ni siquiera la hemos repuesto".