Santos explicó que el convenio supone una decisión de los ciudadanos para contribuir a evitar que se destruya la capa de ozono. "Esta es una contribución local a un problema mundial", agregó, "y una aportación solidaria a las personas que viven bajo el agujeo del ozono".

La campaña ha surgido como consecuencia de otra de recogida de muebles y enseres que el ayuntamiento inició el pasado 10 de marzo, en la que los funcionarios municipales llegaron a recoger de las calles madrileñas un total de 500 frigoríficos.

Con posterioridad a la firma de este acuerdo, la concejala de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, inauguró en el vertedero de Valdemingómez una planta experimental para el tratamiento de los gases procedentes de los frigoríficos y de los aparats refrigeradores.

La planta recoge los gases que permanecen en el circuito interior de los frigoríficos viejos y separa los CFC del aceite de los motores, con el que suelen estar mezclados.

Esta operación permite el almacenamiento de los gases en bombonas, que son posteriormente enviados a fábricas de CFC para frigoríficos, donde son reutilizados.

Las instalaciones inauguradas hoy tienen una capacidad para tratar en un sólo día el gas de cerca de 250 frigoríficos. El coste por vaciado de cad aparato viene asciende a unas 3.000 pesetas.