Los habitantes de las grandes ciudades, en especial los que viven en zonas de mucho tráfico, están expuestos a importantes niveles de hidrocarbonos aromáticos policíclicos, contaminantes atmosféricos que incrementan el riesgo de padecer cáncer e pulmón.

Según el equipo del doctor Denis Zmirou, los contaminantes presentes en el ambiente pueden alcanzar niveles hasta 25 veces más altos en invierno, probablemente debido a la gran cantidad de estos hidrocarbonos que se liberan a la atmósfera procedentes de incineradoras y hornos. Otras fuentes de liberación de contaminantes son la quema de basuras, carbón, madera o combustible, además del humo de los coches y de los cigarrillos.