Esta y otras conclusiones las expusieron hoy en rueda de prensalas cuatro organizaciones de consumidores de ámbito nacional, UCE (Unión de Consumidores de España), OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), HISPACOOP (Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios) y CEACCU (Confederación de Organizaciones de Amas de Casa), con motivo de la presentación de su "Decálogo sobre el Plan Nacional de Residuos".

Según la responsable de medio ambiente de UCE, Natividad Cifuentes, en este borrador (que está actualmente en proceso de elaboración) apeas hay datos, y los que incluye no son fiables. Además, las estadísticas están basadas excesivamente en estimaciones. En definitiva, a su juicio, no hay un tratamiento adecuado y tampoco una medición de cómo se está llevando a cabo la gestión en esta materia. "Que ese sea el punto de partida del ministerio para establecer un plan nos parece lamentable", dijo.

Cifuentes resaltó que el PNRU tiene unos planteamientos desproporcionados, puesto que las prioridades y pretensiones que se ha marcado el plan n están acompañadas por una dotación económica coherente con la importancia que se quiere dar a esas prioridades.

"Por poner un ejemplo", continuó, "siendo la prevención el objetivo prioritario en materia de residuos, sin embargo sólo está dotada con un 4,6% del presupuesto que se estima para este Plan Nacional de Residuos", lo que "contrasta ampliamente con el presupuesto destinado a la eliminación (45%), que se supone que debería ser el sistema de tratamiento final cuando se hubiesen agotado todas la posibilidades de tratamiento".

Por otra parte, Cifuentes destacó como sistema de tratamiento ideal para los residuos de envase el reciclaje para otros usos, ya que "siempre será mejor, desde luego, que si acaban en una incineradora".

"Los consumidores aborrecemos absolutamente la incineración como sistema de tratamiento y de gestión de residuos", afirmó. A este respecto, señaló que "todos los envases, en el marco del Plan Nacional de Residuos, deberían ser técnicamente reciclables o reutilizable".

Por ello, continuó, "la incineración sólo debería contemplarse como una situación extrema, como un tratamiento finalista de excepción", y sólo bajo unas condiciones o normas estrictas y controladas de seguridad, así como en instalaciones de absoluta garantía.