Así lo reclamaron representantes diplomáticos del país centroamericano en un escrito dirigido al alcalde, al que tuvo acceso Servimedia, en el que le reclaman celebrar una reunión y piden su apoyo “para detener la expulsión” del joven hondureño de España.

Y es que, además de sufrir la agresión por parte del agente de Policía Local, al joven se le ha incoado un procedimiento sancionador por estancia irregular y una propuesta de sanción por tenencia de drogas o abandono de instrumentos relacionados con las drogas, una acusación que él agredido niega rotundamente.

El consulado avanzó que también solicitará un encuentro con la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, para explicarle la situación del joven agredido y pedirle que archive el procedimiento de expulsión.

‘SOIS TODOS IGUALES’

En el escrito dirigido al Alcalde de Rocafort, los representantes diplomáticos de Honduras expusieron que el “único aparente delito” del joven hondureño agredido “es tener el aspecto físico y la nacionalidad de ‘unos chichos hondureños’, quienes en el día anterior habían tenido un incidente con el agente”.

Por tal condición, denuncia el Consulado, “debía conocerlos e informar a los agentes cuando le preguntaron por ellos, acompañando el panorama no solo con la frase ‘sois todos iguales’ sino con un puñetazo en la parte blanda del tórax, provocando inmediatamente vómito”, a lo que se unió “la negación de asistencia del resto del cuerpo de agentes que le acompañaban y presenciaron el abuso”.

Tras la agresión, el joven pidió agua “para aliviar su vacío de aire, y lo que recibió de los otros agentes fue un ‘te descuidaste’ cargado de ironía”. Con fecha 17 de octubre, informa la legación, se presentó el joven en la comisaria de Burjassot donde se le notificó “que se iniciaba un proceso administrativo sancionador por estancia irregular, sin profundizar en detalles sobre las formas de intervención aplicadas, irrespetaron todas las disposiciones de la Ley Orgánica de Protección Ciudadana, 4/2015 del 30 de marzo”.

Para los representantes diplomáticos hondureños, “el joven fue claramente víctima de un abuso policial desmedido, y ahora mismo se le revictimiza desde extranjería con un expediente de expulsión”.

Por todo ello, “como Sede Consular, amparados en la Convención de Viena, en el artículo 3 donde establece las funciones de una misión diplomática que consiste en proteger los intereses de sus nacionales dentro de los límites que establece el Derecho Internacional”, desde el consulado de Honduras solicitan “que se nos certifique las incidencias reportadas en el libro de registro de dicha entidad, así como la información de las sanciones impuestas a los agresores” del joven.