El texto será sometido a debate y votación en la Cámara Baja tras nueve meses de negociaciones entre el Gobierno y los agentes sociales. En noviembre y diciembre se intensificaron los contactos, de forma que en las últimas dos semanas de diálogo se reunieron diariamente para que el real decreto fuera aprobado en Consejo de Ministros y se publicara en el Boletín Oficial del Estado (BOE) antes de que finalizara el año 2021.

Este es el plazo con el que el Ejecutivo español se había comprometido con la Unión Europea en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y poder así seguir recibiendo nuevos desembolsos de los fondos de reconstrucción.

Cumplido este objetivo, el Gobierno lleva todo el mes de enero negociando con diferentes fuerzas parlamentarias para tratar de conseguir los apoyos necesarios para que el texto salga adelante.

Por el momento, no cuenta con los suficientes votos afirmativos necesarios, aunque los diferentes miembros del Gobierno mantienen que “no contemplan otro escenario” que la reforma laboral sea aprobada finalmente.

Partidos como EH Bildu y ERC califican el texto de “insuficiente”, mientras que el PNV incide principalmente en que se incluya en la nueva legislación laboral la prioridad aplicativa de los convenios sectoriales autonómicos frente a los de ámbito nacional, lo que también exige Bildu.

En cambio, desde Ciudadanos se abre la puerta a apoyar la reforma laboral, siempre que el Gobierno no “ceda” a las peticiones de sus socios independentistas. La propia presidenta de la formación, Inés Arrimadas, se pronunciaba en estos términos tras una reunión con la asociación de autónomos ATA en la sede de CEOE esta semana.

Por su parte, el PP ha asegurado que votará en contra del texto por ir en la “dirección equivocada” de lo que, en su opinión, necesita el mercado de trabajo en España.

AGENTES SOCIALES

Desde los sindicatos y la patronal han pedido a los partidos que apoyen el texto sin cambios, sin “tocar una coma”. Para la patronal, si se modifica el real decreto, “ya será otro acuerdo”, no el que han suscrito el Gobierno y los agentes sociales.

Además, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, negaba a preguntas de los medios esta semana que los empresarios estuvieran en “pie de guerra” por el hecho de que la patronal haya apoyado la reforma laboral. Según Garamendi, todos están “a una” y el acuerdo da “muchísima estabilidad a este país”.

Mientras, los sindicatos UGT y CCOO ponen en valor esta reforma laboral y auguran que reducirá la “temporalidad” y la “precariedad” en los próximos años. Igualmente, señalan que apoyar este texto “no agota” la agenda legislativa en materia laboral durante la actual legislatura.

De hecho, tanto el secretario general de UGT como el de CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo, respectivamente, han declarado que comparten muchas de las reivindicaciones que plantean los grupos de izquierda y a las que los sindicatos no van a “renunciar” aprobando nuevas leyes, aunque defienden que “ahora lo que toca” es que la reforma laboral salga adelante.

Por último, ambos líderes sindicales han comenzado una ronda de encuentros por toda España con miembros de UGT y CCOO para abordar las claves de la reforma laboral ante el “ruido político y mediático” que en su opinión se ha generado.