Hizo un llamamiento para permanecer "vigilantes" ante las violaciones de los derechos fundamentales y para impulsar la "reconciliación" entre alemanes y judíos. En su opinión, sólo así será posible "mirar al futuro" tras la "experiencia execrable" del nazismo.

Previamente, Marín manifestó en la apertura del homenaje que "la humanidad no ha aprendido lo suficiente del holocausto y de la guerra" puesto que, 60 años después, siguen produciéndose casos de genocidio en distintos lugares del planeta.

Recordó los millones de personas que en las últimas décadas han muerto en Camboya, en Kosovo, en Ruanda, en Burundi y en Sudán como muestra de que es necesario recordar cada año el holocausto judío para "aprender de lo sucedido".

El presidente de la Cámara Baja apeló a la memoria del holocausto para no olvidar la "crueldad" y el "sufrimiento" de Auschwitz y recordar que "todos nacemos igual y todos somos igual", indistintamente de la raza, sexo o religión.

AUSCHWITZ: "MONUMENTO DE HORROR"

El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, definió el campo de concentración de Auschwitz como un "monumento de horror y de barbarie" en el que murió "una cierta idea del ser humano".

López Aguilar destacó los testimonios escritos que existen de lo acontecido en Auschwitz y advirtió de que el mayor riesgo al que se enfrenta la Humanidad es caer en la "banalización" de cuanto allí ocurrió.

El ministro aseguró que el Hombre se dio cuenta en Auschwitz de que "el horror existe", por lo que es necesario estar "permanentemente vigilantes" ante el terror y actuar contra él desde la beligerancia. "Estamos obligados a vivir en permanente rebelión con los verdugos", apostilló.

Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, manifestó que "nada puede ser igual" en el mundo después del holocausto, al que se refirió como "la negación absoluta y sistemática del otro".

Aguirre defendió al pueblo judío y alertó de la existencia de un nuevo "antisemitismo" o "judeofobia" que cree necesario denunciar para que, como ya había dicho el ministro López Aguilar, no se caiga en la "trivialización del mal".

El embajador de Israel, Víctor Harel, agradeció al Gobierno y, en especial, al ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, que se haya instaurado el 27 de enero el Día Oficial del Holocausto para conmemorar la liberación de los presos de aquel campo de concentración.

Añadió que la creación del Estado de Israel significó "una nueva vida" para muchos de los supervivientes del Holocausto pero lamentó que esta solución llegó "demasiado tarde" para los que allí perecieron.

A continuación, el defensor del pueblo, Enrique Múgica, recordó a algunos antepasados familiares que estuvieron presos en los campos de concentración y que suponen para él "una herida que se extiende y profundiza según pasan los años".

El presidente de la Federación de Comunidades Israelitas de España, Jacobo Israel Garzón, destacó que en Alemania también estuvieron recluidos muchos "judíos españoles" y "republicanos encarcelados".

En un discurso cargado de sentimiento, apeló a la necesidad de estudiar nuevas fórmulas para construir "un mundo mejor" y propuso como referente el principio moral de no hacer al prójimo lo que uno no desea para sí mismo.

Por último, la presencia de Enric Marco, presidente de Amical de Mauthausen, sirvió para exponer su experiencia en uno de los campos de concentración alemanes y afirmar que, en pleno siglo XXI, siguen cometiéndose este tipo de prácticas en países como Gana, Ruanda, Sierra Leona, Kosovo, Guantánamo, Palestina e Iraq.

Marco advirtió de que los campos de concentración también pueden llegar a construirse "aquí cerca" si algún dirigente político decide organizar una "guerra preventiva".