En un informe incluido en su último boletín de coyuntura, Confemetal señala que "una eficaz política de defensa de la competencia es un instrumento mprescindible para garantizar el correcto funcionamiento de una economía de mercado y, por consiguiente, el aumento del nivel de bienestar del conjunto de los ciudadanos".

A su juicio, los empresarios apoyan el funcionamiento del Tribunal de Defensa de la Competencia, pero reclaman también una mayor agilización en los expedientes abiertos por este organismo, que en 1990 elevó el volumen de multas un 747 por ciento respecto al año anterior.

Para la patronal del Metal, es conveniente asimismo un "tatamiento flexible" de las autorizaciones singulares de los acuerdos o prácticas restrictivas de la competencia que la vigente legislación en esta materia autoriza para los supuestos en que promueven el progreso técnico o económico (sistemas de distribución, franquicias, licencias y know-how".

Confemetal considera que una política de competencia equilibrada debe basarse en algunos principios básicos, entre los que destaca la clarificación de las ayudas públicas a todos los niveles (central, autonómicoy local), con el fin de evitar distorsiones en la competencia y agravios comparativos entre empresas.

También es necesario, en su opinión, "el control de las concentraciones económicas, basado en la situación española, que se caracteriza por una pequeñísima dimensión media de las empresas y por un alto grado de minifundismo en la mayoría de los sectores".