A su juicio, únicamente la inflación y el impulso del sector exterior dan motivos para el optimismo, especialmente la reducción en un 30,5 por cien del déficit comercial durante 1993, favorecido por las devaluaciones de la peseta y el retroceso de la demanda interna.

Por contra, resultados negativos se reflejan en el consumo de electricidad para usos industrales, que descendió en un 3,3 por ciento, mientras que el uso doméstico crecía un 1 por ciento.

Asimismo, Confemetal recalca que la industria registró caídas que oscilan entre el 18,7 por ciento de la producción de vehículos y el 2,7 por ciento de bienes intermedios, mientras la construcción cayó el 6 por ciento.