Según un informe difundido hoy por la patronal de las empresas del metal, las importaciones de herramientas crecieron un 31,46 por ciento en los cinco primeros meses del año, un 30,59 por ciento las manufacturas de metales, un 296,97 las de material ferroviario y un 37,27 las de vehículos de carretera.

Las importaciones de vehículos de navegación aérea tabién crecieron, un 35,78 por ciento, mientras las de vehículos de navegación marítima lo hicieron en un 180,90 por ciento, en un 19,04 las de muebles metálicos y en un 52,94 por ciento las de juguetes y artículos para el recreo.

Sin embargo, según Confemetal, las importaciones de productos básicos y bienes de equipo, que acusan el impacto negativo de la formación bruta de capital, sólo crecieron un 4,6 por ciento entre enero y mayo de este año, hasta situarse en 837.000 millones de pesetas. Las exportciones de estos productos y bienes sumaron 353.000 millones, un 7,9 por ciento más que en 1991.

A juicio de los responsables de Confemetal, el aumento de las importaciones metálicas, favorecido por la elevada cotización de la peseta y por la eliminación de restricciones y aranceles, está agravando la situación de las carteras de pedidos de los fabricantes nacionales, ya castigados por la continua caída de la demanda interna.

Confemetal reconoce que esta situación se inscribe en la coyuntura generl de la economía española, caracterizada por el deterioro de los niveles de actividad y el aumento de los desequilibrios básicos (inflación y déficit exterior).

Considera que las medidas monetarias restrictivas adoptadas por el Gobierno han originado una caída de la demanda de inversión y de consumo duradero, lo que ha ocasionado un recorte de las carteras de pedidos de los niveles de producción de las industrias del metal.

También critica el "carácter fuertemente expansivo de la política presupustaria", lo que, a su juicio, ha determinado la elevación del déficit público, generando una presión alcista sobre los tipos de interés que ha hecho que aumenten los costes financieros de las empresas y se reduzca su competitividad internacional, al elevar artificialmente la cotización de la peseta.

Otro de los factores que perjudica a las empresas del sector del metal, según Confemetal, es "la rigidez de los mercados laborales y de servicios", que, en su opinión, está provocando un alza autónoma de pecios, como consecuencia del alto poder oligopolístico de la oferta de estos sectores.

Para Confemetal, todo ello hace que la desaceleración de la demanda interna no haya servido para reducir, como se pretendía, los desequilibrios básicos, sino que, por el contrario, ha llevado a un descenso del ahorro y de la inversión productiva que "recorta nuestras posibilidades de convergencia con Europa".