La procesada, Maria Victòria Sanmartín, de 25 años, actuó con traición porque, según el magistrado instructor del caso, podía haber previsto la muerte del otro conductor cuando lo arrastró más de 80 metros encima del capó del Nissan.

Para el juez, se trata de un vehículo comparable a un arma mortífera por sus dimensiones y su peso, que anuló cualquier posibilidad de defesa por parte de Santiago Arnaldo. Por estos razonamientos, según recoge el auto de procesamiento, descarta los delitos de homicidio y la imprudencia temeraria y considera los hechos como un asesinato.

En el relato de los hechos sucedidos la noche del 3 de diciembre en la plaza Catalunya de Barcelona, donde tuvo lugar el accidente, se incluye el atestado de la policía y la versión de algunos testimonios del atropello. Uno de estos últimos declaró ante el juez que el Nissan Patrol conducido por Maria Vitòria Sanmartín incluso se inclinó al pasar por encima del cuerpo de la víctima.

La defensa anunció que recurriría el auto, mientras que las acusaciones particulares pidieron la reconstrucción de los hechos, que fue negada por el magistrado.

Para el abogado de la acusación, Guillem Escolà, el auto de procesamiento es "muy duro, pero recoge con detalle las declaraciones de los testigos y el informe pericial, sin olvidar absoluntamente nada".

La procesada, que atropelló al conductor de otro veículo con el que había topado previamente, después de negarse a realizar un parte amistoso, había reconocido ante el magistrado que no tenía permiso de conducir y que había salido con el coche de su compañero sin que éste lo supiera para comprar unaas pizzas el día de los hechos.