La niña, Lorena Pérez Núñez, se sometió a una intervención quirúrgica de vegetaciones en febrero de 1987 en la clínica Staurus, de Barcelona. Según el informe del fiscal, la pequeña no llegó a despertar tras la operación.

La acusación particular, que considera que sí hubo delito en la aplicación de la dosis de anestesia, pidió 6 años de cárcel y 25 milones de pesetas en concepto de indemnización para los padres de Lorena Pérez, mientras que la defensa solicitó la libre absolución del médico.

Jordi Monner, por su parte, declaró en el juicio celebrado hoy en el Juzgado de lo Penal número 5 de Barcelona que la niña no murió como consecuencia de la anestesia, sino porque le sobrevino una parada cardíaca por causas desconocidas, sin que el equipo médico pudiera hacer nada por salvarle la vida. El médico anestesista es actualmente responsable clínico de hospital infantil de la Vall d'Hebron.

Los padres de la pequeña sostuvieron, sin embargo, que su hija murió porque no le suministraron la dosis correcta de anestesia y porque en el centro donde fue intervenida no disponían de los aparatos necesarios para su rehabilitación.

LE OPERO EL OJO SANO

Por otra parte, el Juzgado de lo Penal número 2 de Barcelona ha condenado al médico Ricardo Presas Cabré a 4 meses y un día de arresto mayor y a pagar una indemnización de 6.800.000 pesetas a un pacientepor un error médico.

Ricardo Presas intervino quirúrgicamente al paciente Andrés Pirot Albós, de 78 años, de cataratas, en abril de 1989, en la clínica Monsalut de Barcelona, aunque en lugar de operarle el ojo derecho le intervino el izquierdo.

Según la sentencia, a pesar de que el enfermo también sufría esta enfermedad en el ojo izquierdo, lo tenía menos afactado, y en todo caso en el diagnóstico médico constaba la necesidad de operar el derecho.