Los hechos que han dado lugar a la sentencia se produjeron en Zaragoza, en la noche del 28 al 29 de septiembre de 2000, cuando el condenado, Aitor G.M., salió de marcha y, tras tomar varias copas con un amigo, se encontró en la acerca con un mendigo que dormía apoyado en una pared.

Sin ningún motivo, le propinó una primera patada en la cara. Aunque un vecino llamó a la policía, el mendigo no quiso ser llevado a un hospital ni a un albergue, por lo que los agentes lo dejaron en donde etaba, ocasión que aprovechó el agresor para rematarlo a patadas en la cabeza con unas botas de puntera reforzada.

Tras un juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza Aitor G.M. fue condenado a 20 años de cárcel por un delito de asesinato con la agravante de ensañamiento y la atenuante de intoxicación de bebidas alcohólicas, fallo que fue avalado por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón.

Ahora el Tribunal Supremo avala esta sentencia, al entender que el veredicto estuvo suficientmente motivado y que la carga incriminatoria ha dejado probada la participación de Aitor G.M. en el crímen.

Asimismo, sostienen que la ingesta abundante de bebidas alcohólicas no afecta la voluntad, "exteriorizada de forma inequívoca, de encarnizarse con la víctima y de extremar la crueldad y el daño que se causa", según los magistrados del Tribunal Supremo.