El cardenal Ricard Maria Carles también promugará las resoluciones en una misa que oficiará a partir de las siete de la tarde, a pesar de que el Arzobispado de Barcelona depende directamente de la Santa Sede.

Aunque la Archidiócesis de Barcelona está desligada de la provincia eclesiástica de Tarragona, integrada por la Archidiócesis de Tarragona y la diócesis de Girona, Lleida, Solsona, Tortosa, Urgel y Vic, el cardenal Carles participó en el Concilio Provincial Tarraconense con un permiso especial del Papa.

Además, el arzobispo de Barcelon desempeñó un papel fundamental para conseguir que Roma aceptara las resoluciones introduciendo el menor número de modificaciones posible.

El "recognitio" del Vaticano al Concilio llegó un año después de que se aprobaran las más de 170 resoluciones que surgieron del Concilio Provincial Tarraconense, lo que llegó a motivar cierta preocupación y desconcierto en alguos momentos en las diócesis catalanas.

Finalmente, Roma no impidió que se mantenga la denominación de Conferencia Episcopal Tarraconens, aunque insta a las diócesis catalanas a conseguir una comunión interdiocesana y una acción pastoral más coordinada, sin llegar a determinar una solución jurídica para conseguir este objetivo, por lo que no queda descartada la posibilidad de que en el futuro se pueda crear una Conferencia Episcopal Catalana.

La celebración del Concilio Provincial Tarraconense constituye una excepción en la Iglesia católica, ya que recientemente sólo se había celebrado uno en Lazio (Italia). La Iglesia catalana no conocaba uno desde hacía 238 años, si bien desde el año 516 había celebrado 160.