Bajo un cielo gris que amenazaba lluvia y una temperatura muy fresca, los mils de pamploneses que abarrotaban la plaza Consistorial desde las diez de la mañana se desperdigaron por las calles y bares del casco antiguo, dando comienzo a nueve días de juerga, que concluirán el 14 de julio con el "Pobre de mí".

A falta de pocos minutos para las doce, los concejales de Herri Batasuna (HB) colocaron en la fachada consistorial una ikurriña de grandes dimensiones que fue recibida con aplausos y algunos pitidos por parte de los congregados en la plaza.

La concejala de Unión del Peblo Navarro (UPN) María Teresa Gracia forcejeó con el corporativo de HB Fernando Biurrun, tratando de arrebatarle la ikurriña. Biurrun tuvo que dar un mordisco en la mano a la concejala para poder desplegar la bandera vasca.

Los congregados ante el Ayuntamiento saludaron con un aluvión de corchos al concejal encargado de lanzar el "chupinazo". Los balones de fútbol sirvieron para animar la espera de los mozos y mozas, que reclamaban agua continuamente para combatir el calor y recibían con grandes ovaiones los cubos de agua lanzados desde los balcones próximos.

Los gritos de "Induráin, Induráin" fueron los más coreados por la multitud y no fueron pocos los que se alejaron de la capital navarra para dirigirse a la zona norte a animar al ciclista villavés.

Los servicios municipales de limpieza recogieron cerca de 10.000 kilos de vidrio en la plaza Consistorial, al haberse convertido ya en tradición acudir al acto inicial de los Sanfermines con botellas de champán. Al igual que otros años, decens de personas tuvieron que ser atendidas en los puestos de socorro por cortes de cristales e intoxicaciones etílicas.