La sorpresa saltó en la Asamblea en la votación a mano alzada del dictamen de conclusiones de la comisión de investigación, cuando la mayoría de los diputados esperaban que saliera adelante con los votos del PP, el rechazo de PSOE e Izquieda Unida, y la abstención del Grupo Mixto de Tamayo y Sáez.

Sin embargo, los dos diputados votaron también en contra del dictamen, de forma que las conclusiones fueron rechazadas con los votos en contra del PSOE, Izquierda Unida y Grupo Mito, y los únicos votos a favor del PP.

Los votos particulares defendidos por PSOE e Izquierda Unida recibieron el voto favorable de sus defensores, la abstención del otro grupo, y el voto en contra del PP en los dos casos, esto sí según lo previsto.

Con la sesión de esta tarde se dio carpetazo a una comisión de investigación que ha trabajado durante casi un mes con cientos de horas de comparecencias, interrogatorios y debates. Sin embargo, las conclusiones defendidas por cada uno de los portavoce fueron las mismas que las expuestas al comienzo de esta crisis institucional.

El socialista Modesto Nolla comenzó criticando duramente la benevolencia del PP con el comportamiento de Tamayo, tildando de mera discrepancia interna una conducta que ha provocado la mayor crisis institucional de Madrid. "¿Cómo se puede tener esa ligereza y pretender a la vez gobernar esta comunidad?", se preguntó.

Enumeró después los contactos de Tamayo durante el proceso electoral con el constructor Francisco Bravocon el abogado José Esteban Verdes, afiliado del PP y marido de la viceconsejera de Presidencia de Madrid, Paloma García Romero, y de estos con el secretario general del PP en Madrid, Ricardo Romero de Tejada.

Nadie puede creer, concluía Nolla, que en un partido "unido y disciplinado como nos quieren hacer creer" Verdes y Bravo no conocieran las intenciones de Tamayo y que estos no se las hubieran comunicado a Romero de Tejada. De la misma forma, consideró demostrado que Tamayo y Sáez "nunca jamás" s opusieron a las candidaturas o a la estrategia del PSOE.

La conclusión nítida es, a juicio de los socialistas, que la espantada de Tamayo y Sáez es el punto culminante de una "conspiración contra los madrileños" impulsada por afiliados del PP y en cuyo centro se encuentra Romero de Tejada, que además ocultó a la comisión de investigación su condición de asalariado de una empresa que aparece como "una tapadera" de negocios turbios.

Una prueba de la confluencia entre política y negocios existente n las filas del PP, decía Nolla ya al final de su intervención, es que los populares se han opuesto a las comparecencias de cargos de este partido relacionados con operaciones urbanísticas que deben ser aclaradas, como Sigfrido Herráez, o como los empresarios que tenían en nómina a Romero de Tejada, los Sánchez Lázaro.

Todos estos argumentos fueron tildados por el popular Antonio Beteta de "mala novela escrita por un mal guionista y con una interpretación digna de un inquisidor", y reiteró su tesis deque todo se debe a las "letras, las obligaciones" contraídas por los actuales dirigentes del PSOE y que no han pagado, provocando así el descontento de Tamayo y Sáez.

Repitió además su calificativo de "delincuente político" a Rafael Simancas por haber imputado delitos al PP sabiendo que son falsos. "La verdad es la que nos hace libres, no la tinta de calamar", dijo dirigiéndose a los bancos socialistas, y esa verdad ha quedado patente en la comisión de investigación y será tenida en cuenta por los ciuadanos.

En nombre de Izquierda Unida, Luis Suárez reiteró, como ya hizo en la propia comisión de investigación, su convencimiento de que la estructura de Organización del PP conocía con antelación "la puñalada trapera" que preparaba Eduardo Tamayo y "la amparó" para beneficiarse de ella. A esta convicción llegó Suárez después de enumerar los mismos contactos telefónicos esgrimidos una y otra vez en la comisión y en esta misma sesión plenaria.

El portavoz de Izquierda Unida resaltó además que Tamao y Sáez no se opusieron nunca en los órganos de dirección, de los que formaban parte, a las candidaturas del partido ni a la negociación de un acuerdo de Gobierno con Izquierda Unida, un punto al que era obvio que se llegaría, dijo, si los socialistas no obtenían la mayoría absoluta.

Pese a reconocer la aparente existencia de "un larvado enfrentamiento" en el seno del socialismo madrileño y de responsabilizar al PSOE de la inclusión en sus listas de Tamayo y de Sáez, Suárez expresó su opinión de que sas discrepancias no fueron el detonante de la espantada de los dos diputados.

El primero en intervenir fue el portavoz del Grupo Mixto y objeto de estudio de la comisión cuyas conclusiones se debatían, Eduardo Tamayo, empeñado en reiterar que la comisión de investigación ha demostrado su inocencia "de cuanto de forma maliciosa y maligna se decía de mí".

Se atribuyó además Tamayo el mérito de haber permitido que los madrileños puedan ahora discernir entre proyectos bien conocidos. "Si no es por nestro abandono, los ciudadanos no habrían adquirido tal conocimiento de sus políticos", aseguró.