Contra Zúñiga, que perdió las elecciones municipales del 25 de mayo, se interpusieron varias querellas que han desembocado en la apertura de un proceso judicial por haber actuado presuntamente de forma cncertada con un grupo de constructores, entre ellos Francisco Bravo y Francisco Vázquez, en la ejecución de planes urbanísticos del municipio.

Zúñiga recordó que las querellas interpuestas contra él por el PSOE e Izquierda Unida de Alcorcón fueron archivadas, y la que ha desembocado en un procedimiento es la de la Fiscalía de Madrid, presentada "en el momento más propicio para los intereses" de los socialistas ante la crisis de la Asamblea y "filtrada con claros intereses" a medios de comunicación.

Esa querella, prosiguió, sirvió al PSOE para argumentar su tesis de una trama inmobiliaria detrás de la espantada, y no aporta "ni una sola prueba" que fundamente "sus calumniosas afirmaciones". La Fiscalía de Madrid, añadió, "sólo ha tenido tiempo de atender a los medios de comunicación, y preferentemente a unos más que a otros".

La existencia de esa trama, seguía Zúñiga, es una invención "de quienes no tienen la gallardía de admitir que se equivocaron" al hacer sus listas y ahora "no saben reconocr sus errores", es decir, de la Federación Socialista Madrileña (FSM) y del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, al que acusó de "amparar la mentira".

Sobre lo sucedido en la Asamblea de Madrid el pasado 10 de junio, avanzó que no puede aportar datos a la comisión de investigación porque no conoce a Eduardo Tamayo, a Teresa Sáez ni a José Luis Balbás, "y me aprecio de ello porque no me gustan los tránsfugas".