Según informó hoy el Gobierno regional en un comunicado, si se mantiene la actual tendencia en el número de solicitantes de tratamiento, en el año 2010 serán entre 5.000 y 6.000 los pacientes en programas de deshabituación por adicción al cánnabis.

El perfil medio de los pacientes atendidos en 2004 fue el de un varón (81% de los casos), de 28 años de edad media, y que había empezado el consumo de cánnabis en torno a los 16, por lo que llevaba 12 de consumo como media. La mayor parte de ellos consumía, además, otras drogas.

Los derivados del cánnabis que se consumen habitualmente son resina de la planta, llamada haschish, y diversas partes de la planta desecadas, lo que se conoce como marihuana. Los efectos que caracterizan su consumo están provocados por una de las más de cien sustancias que hasta ahora se han identificado en la planta de cánnabis, el tetrahidrocannabinol o THC.

El consumo elevado de cánnabis puede provocar, como efectos inmediatos, apatía, síndrome amotivacional y reacciones de suspicacia, si bien el consumidor habitualdesarrolla tolerancia a sus efectos y necesita incrementar la dosis para obtener las mismas sensaciones que tenía en unprincipio. Al cesar el consumo aparece el síndrome de abstinencia, que en el caso del cánnabis se caracteriza porque el paciente sufre un cuadro de ansiedad, irritabilidad, insomnio, temblor y vómitos entre otras posibles alteraciones.

El 26,2% de los adolescentes (entre 14 y 18 años) de la Comunidad de Madrid consume cánnabis de forma habitual, según la última Encuesta sobre Drogas a Población Escolar realizada en 2004, un porcentaje superior en 1,3 puntos a la prevalencia de consumo de 2002, cuando se situaba en el 24,9%.