EL COMITE FEDERAL DEL PSOE RESPALDA LA REFORMA, PERO RECLAMA UN CIERRE INMEDIATO DEL ACUERDO
- El PSC reafirma su respaldo a la última propuesta que formulará por escrito el PSOE a los negociadores
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El Comité Federal del PSOE, su máximo órgano de dirección entre congresos, respaldó hoy la reforma del Estatuto de Cataluña pero reclamó al secretario general y presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, un cierre definitivo del acuerdo. El mensaje del Comité Federal lo sintetizó con una frase la vicepresidenta de los socialistas catalanes, Manuela de Madre, en una rueda de prensa en un receso de la reunión: "Estatuto sí, pero ya".
A la reunión de hoy no asistieron algunos de los más destacados "barones" socialistas. El presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, se ausentó con la excusa de que ya ha viajado en varias ocasiones a Madrid esta semana y su salud requiere tranquilidad. Razones de salud explicaban también la ausencia del primer secretario de los socialistas catalanes, José Montilla, hospitalizado la semana pasada por inflamación de un ganglio de la pierna izquierda. La ausencia que nadie supo explicar en la dirección socialista fue la del ministro de Defensa, José Bono.
La reunión se celebró como es habitual, con una primera exposición del secretario general abierta a los medios de comunicación y un debate posterior a puerta cerrada.
Las voces más críticas con la reforma estatutaria fueron, según explicaron diversas fuentes asistentes a la reunión, las de José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha; Francisco Fuentes, secretario general de los socialistas extremeños, y Luis Pizarro, secretario de Organización de los socialistas andaluces.
Los tres fueron explícitos en ese mensaje de la necesidad de cerrar inmediatamente el acuerdo sobre el Estatuto porque, según argumentaba Barreda, el debate está tapando algunos de los logros del Gobierno de Rodríguez Zapatero.
REAPERTURAS DE LA REFORMA
En este mismo mensaje incidió Fuentes al preguntarse si, a la vista de la gestión "brillante" del Gobierno el partido está "como deberíamos estar, o peor". La respuesta, en su opinión, Es clara, "peor". Barreda fue, además, muy claro al reclamar lealtad a todas las partes, sobre todo a los nacionalistas, cuando se cierre el acuerdo, para que no haya "reaperturas posteriores".
El diputado por Madrid José Acosta se mostró convencido de que el acuerdo ya está hecho y pidió a la dirección del partido que lo explique porque los ciudadanos, incluso los afines al PSOE, se preguntan "qué estamos haciendo".
Curiosamente, uno de los que menos habló de este asunto fue el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, que se limitó a pedir "coraje" en lo que ya se afronta como recta final de la negociación, y a denunciar lo que considera excitación excesiva del PP ante este proyecto. Maragall explicó a sus compañeros de filas que el ex presidente Tarradellas "hizo lo que debía hacer" y su inmediato antecesor, Jordi Pujol, "hizo lo que pudo", porque actuó con dignidad pero Cataluña "no estaba preparada para decir lo que ahora yo puedo decir, que Cataluña es una nación".
Antes que Maragall había tomado la palabra ante el Comité Federal Manuela de Madre, que lanzó un mensaje en este sentido: cuando se llama nación a Cataluña se reconoce que España también lo es. "Para afirmar a Cataluña no es necesario negar a España, pero para afirmar a España tampoco es necesario negar a Cataluña".
Manuela de Madre reconoció expresamente en nombre de los socialistas catalanes el papel de Rodríguez Zapatero en esta reforma y el de Alfredo Pérez Rubalcaba y Francisco Caamaño en la negociación, y subrayó también el papel complicado del PSC, negociando "a los dos lados de la mesa".
Su tesis no llegó a la advertencia de Barreda, Fuentes y Pizarro, pero Manuela de Madre subrayó también que el respaldo a esta reforma ha costado al presidente del Gobierno insultos y calumnias desde un "beligerante" PP. "No creo que el PP esté defendiendo lo mejor para España, sino intentando sacar al PSOE del Gobierno y acabar con la Presidencia de Rodríguez Zapatero", dijo.
La dirigente socialista catalana tuvo también críticas para la "incomprensión" de algunos "de esta casa, del socialismo español", a la reforma, y para "alguna inhibición". "Hay silencios que también son elocuentes".
Ante el Comité Federal Mañuela de Madre criticó duramente la propuesta lanzada días atrás por Rodríguez Ibarra de parar la negociación para intentar un acuerdo con el PP. Eso supondría, en su opinión, "traicionar" al proyecto socialista y a sus electores.
Aunque el PSOE no ha enviado aún su propuesta definitiva a los negociadores, Manuela de Madre explicó que lo que se vislumbra de ella es aceptable para los socialistas catalanes. Cree, además, que sería "muy de bajo vuelo" que alguno de los partidos catalanes la rechazara.
RESPALDO DESDE EL PAIS VASCO
La reforma estatutaria catalana recibió el apoyo expreso del secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, que argumentó su posición, en primer lugar, porque figuraba en el programa con el que el PSOE ganó las elecciones y forma parte de su proyecto. El éxito de esa reforma, explicó, demostraría que la España Autonómica tiene recorrido suficiente para integrar a todos, incluidos los nacionalistas "que se quieran integrar".
Además, frente a iniciativas como el "plan Ibarretxe", demostraría que el acuerdo, y no la imposición, y el respeto a las reglas de juego, y no su vulneración, son los caminos para lograr autogobierno y respeto por la pluralidad de identidades.
López fue de los que expresó su deseo de que el PP se sumara a estas reformas, pero se mostró pesimista a la vista de la estrategia "de irresponsabilidad absoluta" emprendida por los dirigentes de este partido. Patxi López englobó en esa estrategia afirmaciones del PP de las que los socialistas vascos están "hartos", como que la reforma catalana es un pago a ETA o que se está traicionando a las víctimas del terrorismo. "Nosotros también somos víctimas", proclamó.
En su intervención final, Rodríguez Zapatero pidió a todo el partido que permanezca cerca de las víctimas. "Nosotros no vamos a ser los que enfrentemos a las personas que han sufrido y sufren", añadió.
Después de que el presidente del Gobierno asegurara que es posible acabar con ETA, López dijo ante el Comité Federal que existen elementos para ser optimista, como la fortaleza del Estado de Derecho. También la debilidad "como nunca" de la banda terrorista, cuando quedan apenas cuatro meses para que se cumplan tres años sin asesinatos.
Además, se mostró convencido de que hay movimientos en la izquierda "abertzale" que sólo pasan desapercibidos a "quien no quiere ver". Combinar esos elementos para facilitar la erradicación de la violencia y la llegada de la paz, dijo Patxi López, es la obligación de un Gobierno democrático.
También habló el vasco Ramón Jáuregui para defender la reforma estatutaria catalana y todas las emprendidas por el PSOE, con el argumento de que el proyecto socialista es "ilusionante y de trascendencia histórica". El proyecto emprendido por Rodríguez Zapatero es tan innovador, dijo, que en menos de dos años está resquebrajando los puntos esenciales del firmamento ideológico del PP: familia, religión y patria.
En su intervención final como respuesta a las demás, Rodríguez Zapatero aseguró que se siente "muy respaldado" por el partido y pidió a todos tranquilidad ante el acuerdo, porque será plenamente constitucional y la financiación responderá a las necesidades de Cataluña pero manteniendo justicia y solidaridad.
Pero tuvo también un mensaje para los dirigentes de su partido en Cataluña, al decirles que esta comunidad tiene una fuerte identidad nacional pero debe expandirse no sólo hacia dentro sino hacia fuera de su territorio, y dejar de estar "enfrascada" en un debate sobre esa identidad.
(SERVIMEDIA)
21 Ene 2006
CLC