Y es que, argumenta el CNPT, la exposición al humo del tabaco provoca en los más pequeños un aumento del riesgo de infecciones respiratorias (neumonía, bronquitis y bronquiolitis), infecciones del oído medio y agudizaciones asmáticas.

También se sabe que los niños expuestos al humo de tabaco diariamente y durante muchas horas tienen un riesgo mayor de padecer un cáncer de pulmón en la edad adulta, agrega el comité anti tabaquismo.

Según el CNPT, aunque la adicción al tabaco puede ser causa de muerte, fumar en fiestas se acaba asociando a diversión, por lo que a largo plazo, se convierte en una auténtica invitación a que los niños comiencen a fumar. Esto se acentúa cuando, además, el fumador es un modelo a seguir, el padre de familia, que con su acción lo único que hace es disminuir la conciencia de la importancia de los riesgos de esta adicción.