Según informó la Comisión, esta decisión se toma después de una investigación iniciada formalmente el pasado mes de octubre por los subsidios que China concede a las importaciones de sus vehículos eléctricos de batería porque sus precios son artificialmente más bajos que los europeos.

En base a esta investigación, la Comisión decidió hoy imponer nuevos aranceles al concluir que los fabricantes chinos se están beneficiando de subvenciones “injustas”, lo que provoca una “amenaza” para los productores de vehículos eléctricos europeos.

En concreto, los aranceles son para el fabricante BYD del 17,4%, a Geely es del 20% y para Saic se sitúa en el 38,1%. Mientras, para otros productores de coches eléctricos que han cooperado con la investigación, el arancel sería del 21%, y para los que no han cooperado ascendería al 38,1%. Para Tesla, que produce en China, “podría recibir” un arancel individual.

La Comisión dijo haber contactado con las autoridades chinas para explorar soluciones a estos problemas que sean compatibles con las normas de la Organización Mundial del Comercio. Si no se pacta una solución, los aranceles se aplicarían de manera efectiva a partir del 4 de julio.