El enfoque comunitario en la lucha contra la drogas ha sido siempre multidisciplinar, tratando de conciliar diferentes objetivos. Por una parte, intenta educir la demanda y prevenir la adicción, mientras estimula la reducción de los cultivos y persigue el tráfico y el lavado de dinero. La educación y la investigación son esenciales para reducir la marginación social.

Dadas las grandes implicaciones internacionales de la producción, tráfico y consumo de drogas, tanto la UE como las Naciones Unidas reconocen la necesidad de un enfoque multinacional, en el que participen países productores y receptores. El enfoque comunitario defiende la responsabilidad ompartida entre los países industrializados y losen que están en vías de desarrollo, generalmente consumidores y productores respectivamente.

En sus relaciones externas, la UE persigue diferentes objetivos, según los países sean desarrollados o subdesarrollados. De los países más pobres, espera un desarrollo sostenible, con un crecimiento económico ecológico. A este objetivo hay que añadirle el fomento de cultivos alternativos a las drogas y estímulos a la importación para otros productos. La UE quire ayudar también a los países del Este de Europa a mejorar su legislación y acercarla, en lo más posible, a las leyes comunitarias.

Tanto en sus enfoques multilaterales como bilaterales, la UE dispone de varios instrumentos para la lucha contra la droga, entre los que se encuentran el diálogo político, la política comercial y tarifas comerciales especiales. Finalmente, financia proyectos antidrogas dentro de grandes programas comunitarios como el PHARE y TACIS para el Este de Europa.

"La UE no petende armonizar ni homogeneizar la lucha contra las drogas en todos los países, sino fomentar la investigación conjunta de todas las fuerzas", han declarado fuentes de la Comisión esta mañana. Las legislaciones nacionales se mantienen, independientemente de la estrategia comunitaria que, desde 1990, viene desarrollando acciones en varias áreas, para combatir tanto el consumo como el tráfico. Especialmente desde el Tratado de Maastricht, que atribuyó a la UE competencias en el área de salud púb

El enfque represivo frente al fenómeno de la droga es necesario, pero no suficiente, defiende la Comisión, que rechaza reducir su política a la "actuación de policías y tribunales". Los aspectos psicológicos, sociales y económicos que empujan a los toxicómanos a la dependencia deben ser estudiados. Esto implica, según la CE, "integrar el tema de las drogas en la dimensión socioeconómica del desarrollo sostenible y fomentar la integración de los adictos y pequeños traficantes".

Las políticas preventivas se oientan principalmente hacia la reducción de la demanda, para lo cual se estructuran en tres frentes de acción. Primero, las autoridades se dirigen a quienes nunca han probado las drogas, a través de escuelas, familias, los medios de comunicación. En segundo lugar, deben intentar desintoxicar a los adictos, además de rehabilitarles y reinsertarles socialmente. Finalmente, la Comisión quiere reducir los riesgos de salud deribados de la toxicomanía, entre otros, el SIDA o la hepa

El avance de las drogas intéticas preocupa a la UE, especialmente por su gran aceptación entre los jóvenes. El Centro europeo de seguimiento de drogas y toxicomanía y la Unidad de drogas de la Europol han sido instrumentos muy valiosos durante el último año. La colaboración entre ambas instituciones en la lucha contra las drogas sintéticas ha logrado crear un sistema de alerta temprana.