A primera hora de la mañana se presentaron los empleados municipales en el casa veraniega de doña Pilar, en la zona de Portopí, frente al Paseo Marítimo de Palma. Allí, acordaron con miembros de la familia propietaria -Juan Gómez Acebo, hijo de Pilar de Borbón, y Juan Fernández Sastrón, marido de Simoneta Gómez Acebo- la manera en la que se iba a proceder a la demolición de la segunda planta de la vivienda.

Una vez acodado que la demolición iba a correr a cargo de una empresa contratada por la propia familia, comenzaron los trabajos a las 12,15 de la mañana, con la eliminación de cornisas y adornos de la fachada y la instalación de un andamio para abordar la total demolición de esta segunda planta.

La ejecución del derribo se produce en cumplimiento de una resolución del Tribunal Superior de Justicia de Baleares, que reitera que una sentencia que ordena la demolición parcial de la residencia, que data de 1992.

La ejecución de la sentencia sufrió durante los últimos cuatro años sucesivos aplazamientos, el último hace dos semanas, al constatar el ayuntamiento que la hermana del Rey había alquilado el edificio a unos ciudadanos de nacionalidad canadiense y entender que no podía tirar una vivienda ocupada por personas distintas a la titular y propietaria de la misma y, por lo tanto, ajenas al contencioso.

Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Baleares estimó que esta circunstancia no puede impedir qu se ejecute una sentencia dictada hace cuatro años.

La orden de derribo obliga a demoler el segundo piso de la vivienda, o bien a retranquear una esquina del edificio, ya que la sentencia declara ilegales las obras de ampliación que se acometieron en él.

La sentencia se produjo como cosecuencia de la denuncia de un vecino sobre esta ampliación. Juan Gómez Acebo calificó hoy a este vecino como un "chantajista" que tiene una "fijación" contra su familia "desde hace 9 años".

Asimismo, acusó al yuntamiento palmesano de haber actuado "coaccionado" en este asunto y de haberse dejado llevar por "móviles políticos".

Ante la casa de doña Pilar de Borbón se congregaron hoy numerosos curiosos y medios de comunicación, mientras que siete policías municipales controlaban los alrededores para impedir cualquier altercado. Asimismo, se han instalado unas vallas en las que se prohíbe aparcar "por demolición" por tiempo indefinido. Los trabajos de derribo continuaban esta tarde y no tienen una fecha fija e finalización.