Salud y consumo

Comer carne roja procesada se asocia con más riesgo de demencia y deterioro cognitivo

- Sustituirla por frutos secos y las legumbres lo reducen, según un estudio

MADRID
SERVIMEDIA

Las personas que comen más carne roja procesada, como tocino, salchichas y mortadela, tienen más probabilidades de tener un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia en comparación con quienes consumen menos productos de ese tipo.

Esa es la conclusión principal de un estudio realizado por investigadores de la red de médicos y hospitales Mass General Brigham, la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard y el Instituto Broad del MIT y Harvard (Estados Unidos), y publicado este miércoles en ‘Neurology’, la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología.

“La carne roja tiene un alto contenido de grasas saturadas y se ha demostrado en estudios anteriores que aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas, que están relacionadas con una menor salud cerebral”, apunta Dong Wang, del Hospital Brigham and Women's en Boston.

Según Wang, “el nuevo estudio apunta que la carne roja procesada puede aumentar el riesgo de deterioro cognitivo y demencia, pero la buena noticia es que también descubrió que reemplazarla con alternativas más saludables, como nueces, pescado y aves, puede reducir el riesgo de una persona”.

DEMENCIA

Para examinar el riesgo de demencia, los investigadores incluyeron a un grupo de 133.771 personas con una edad media de 49 años que no tenían demencia al inicio del estudio. Se les hizo un seguimiento de hasta 43 años. De este grupo, 11.173 desarrollaron demencia.

Los participantes completaron un diario de alimentación cada dos a cuatro años y enumeraron lo que comían y con qué frecuencia.

Los investigadores definieron la carne roja procesada como tocino, salchichas, embutidos, salami, mortadela y otros productos cárnicos procesados. Y calificaron la carne roja no procesada como carne de vacuno, cerdo, cordero y hamburguesa. Una porción de carne roja pesa unos 100 gramos y tiene el tamaño de una baraja de cartas o una pastilla de jabón.

Los investigadores calcularon cuánta carne roja comían en promedio las personas participantes cada día.

En cuanto a la carne roja procesada, dividieron a los participantes en tres grupos: el grupo de bajo consumo comía una media de menos de 0,10 raciones al día; el de consumo medio, entre 0,10 y 0,24 raciones al día, y el de consumo alto, 0,25 o más raciones al día.

Tras ajustar factores como la edad, el sexo y otros factores de riesgo para el deterioro cognitivo, los investigadores encontraron que los participantes en el grupo alto tenían un riesgo 13% mayor de desarrollar demencia en comparación con los del grupo bajo.

En el caso de la carne roja sin procesar, los investigadores compararon a personas que comían un promedio de menos de media porción por día con quienes consumían una o más porciones diarias. No encontraron diferencias en el riesgo de demencia.

DETERIORO COGNITIVO SUBJETIVO

Para medir el deterioro cognitivo subjetivo, los investigadores analizaron un grupo diferente de 43.966 participantes con una edad media de 78 años.

El deterioro cognitivo subjetivo ocurre cuando una persona informa de problemas de memoria y pensamiento antes de que la pérdida sea lo suficientemente grande como para aparecer en pruebas estándar.

El grupo con deterioro cognitivo subjetivo respondió encuestas para evaluar su propia memoria y habilidades de pensamiento dos veces durante el estudio.

Después de ajustar factores como la edad, el sexo y otros factores de riesgo de deterioro cognitivo, los investigadores encontraron que los participantes que comían un promedio de 0,25 porciones o más por día de carne roja procesada tenían un riesgo 14% mayor de deterioro cognitivo subjetivo en comparación con quienes consumían una media de menos de 0,10 raciones diarias.

También encontraron que las personas que comían una o más porciones de carne roja sin procesar al día tenían un riesgo 16% mayor de deterioro cognitivo subjetivo en comparación con quienes tomaban menos de media porción diaria.

DETERIORO COGNITIVO OBJETIVO

Para medir la función cognitiva objetiva, los investigadores analizaron un grupo diferente de 17.458 mujeres con una edad media de 74 años.

La función cognitiva objetiva se refiere a cómo funciona el cerebro para recordar, pensar y resolver problemas.

Este grupo realizó pruebas de memoria y pensamiento cuatro veces durante el estudio.

Tras ajustar factores como la edad, el sexo y otros factores de riesgo para el deterioro cognitivo, los investigadores encontraron que comer carne roja más procesada se vinculaba con un envejecimiento cerebral más rápido en la cognición global, con 1,61 años con cada porción adicional por día y en la memoria verbal, con 1,69 años con cada porción adicional cada día.

FRUTOS SECOS Y PESCADO

Por otro lado, los investigadores descubrieron que sustituir una ración diaria de carne roja procesada por una porción diaria de frutos secos y legumbres se asociaba a un riesgo un 19% menor de demencia y 1,37 años menos de envejecimiento cognitivo.

Hacer la misma sustitución por pescado se vinculaba a un riesgo un 28% menor de demencia y sustituirlo por pollo se asociaba a un riesgo un 16% inferior de demencia.

“Reducir la cantidad de carne roja que se consume y reemplazarla por otras fuentes de proteínas y opciones vegetales podría incluirse en las pautas alimentarias para promover la salud cognitiva”, resume Wang.

(SERVIMEDIA)
15 Ene 2025
MGR/clc