Una operación que supone una inversión de 40 millones de euros y que cuenta con el beneplácito de la mayoría de colegiados, según afirmó hoy a un grupo de periodistas la decana del Colegio, Paloma Sobrini, quien defendió el cambio porque las actuales instalaciones "se han quedado pequeñas".

El proceso de cambio de sede se ha desarrollado no sin polémica, después de que un determinado número de colegiados hubiera expresado en los últimos meses su preocupación porque la operación conlleva perder la propiedad del edificio actual a cambio de una concesión de 75 años en el nuevo.

Sin embargo, Sobrini subrayó hoy que el procedimiento se ha desarrollado siguiendo las pautas democráticas establecidas en los estatutos y contando siempre con la opinión de la mayoría de colegiados.

En tal sentido, detalló que la Comisión de la Nueva Sede se ha reunido dos veces al mes durante los últimos cinco meses, como prueba de que ha habido debate y estudio, a su juicio, suficiente en torno a esta cuestión.

La polémica sobre las derramas que debían pagar los colegiados como opción para sufragar los gastos de acondicionamiento de las nuevas instalaciones queda zanjado para la junta directiva del Colegio tras la votación de la última Junta de Representantes que se saldó con el rechazo del 72%, la mayoría votos de jóvenes arquitectos.

Precisamente este resultado precipitó la operación en curso. Sobrini destacó que se ha cuidado cómo y con quién alcanzar un acuerdo en esta operación, y que FCC presenta una ventaja mayor al coincidir su doble papel de compradora del actual edificio y restauradora del que será nueva sede.

Es deseo del Colegio que las obras de adecuación del nuevo edificio comiencen el próximo mes de marzo, con un plazo de ejecución estimado en dos años y medio. La promoción ronda los 40 millones de euros.