El COAM explicó, en un comunicado que los aspectos negativos de los túneles están en sus embocaduras de entrada y salida.

Sobre todo por "el impacto medioambiental de ruido, contaminación y velocidad que se produce en sus embocaduras que debe ser controlado, contrarrestado, diluido" y, "en ningún caso", puede dañar a los ciudadanos ni los valores ambientales de la ciudad.

En el caso del Eje Prado-Recoletos, sólo se puede determinar si es posible o no su realización con un estudio en el que se "establezcan con precisión cuáles son los condicionantes que imponen las infraestructuras y demás elementos que ya alberga el subsuelo de este espacio urbano".

De modo que la posibilidad de incorporación de este túnel debe determinarse a partir de un "conocimiento preciso y de una propuesta profesionalmente factible", según el Colegio de Arquitectos.

Además, el COAM, recordó su "disconformidad", como ya lo hiciera en el pasado, ante"los continuos cambios a los que estaba siendo sometido este proyecto" y señaló que no se pronunciarían sobre los trabajos "presentados, modificados y alterados hasta que no se ponga formalmente en conocimiento de los ciudadanos la propuesta definitiva del Ayuntamiento de Madrid".

Por otra parte, el COAM también coincide con la Comunidad de Madrid en la necesidad de realizar una "evaluación exhaustiva" del impacto ambiental de los proyectos presentados.

Por ese motivo,lamentó "la no incorporación a la convocatoria del Concurso" de factores como los posibles impactos ambientales o el tratamiento de los efectos sobre el tráfico y la circulación, unas cuestiones que "deberían haber sido aspectos de valoración de altísima relevancia" para adjudicar este proyecto.