En declaraciones a Servimedia, la secretara general de la federación, Beatriz Gimeno, subrayó que lo "terrible" del documento es que se dirige a los políticos, exigiéndoles sumisión a unos principios que el Vaticano considera innegociables.

En su opinión, con este texto la Iglesia católica pretende introducir principios religiosos en el mundo de la política y romper con la aconfesionalidad de los estados democráticos. Por ello, recordó que los políticos en un estado aconfesional legislan para católicos y para no católicos.

También recalc que con este documento la Iglesia católica vuelve a demostrar que cada vez se aleja más de su base social. "Hay cosas que están absolutamente aceptadas sin ninguna discusión, como por ejemplo el divorcio o el uso de métodos anticonceptivos", indicó.

No tiene sentido, concluyó, "venir ahora a exigir a los políticos que tengan en cuenta esa moral antigua y regresiva que tienen en la cabeza unos ancianos que se supone que no tienen familia, ni hijos, ni relaciones sexuales y que se permiten el lujo de dr consejos sobre moral sexual o sobre familia".