Se trata de una iniciativa municipal más de cara a la celebración en 2006 de la Copa del América, que se corresponde con la necesidad de liberar la fachada marítima de Valencia de las empresas allí establecidas, como es el caso de CLH.

Las instalaciones de la compañía logística, que ocupan una superficie de 100.000 m2, se abastecen desde el puerto de Valencia mediante unos puntos de descarga de buques-tanque y a través de un poliducto, también propiedad de CLH.