Aunque el Ayuntamiento considera que la celebración de sta prueba es de gran interés, la asociación de vendedores protesta porque la actitud de sacrificar el mercadillo "de forma arbitraria se ha convertido en habitual", perjudicando gravemente a "los comerciantes menos favorecidos y a los más de 25.000 consumidores aragoneses que se desplazan cada día al mercadillo".

Los vendedores opinan que este espectáculo deportivo, "aunque es grato, podría realizarse en otro de los numerosos espacios abiertos de Zaragoza".

La Asociación de Vendedores Ambulantesaragonesa critica que, mediante un decreto del Ayuntamiento, las 325 familias que se dedican al comercio ambulante tengan que dejar de ejercer una actividad "que realizan mediante una concesión municipal anual, por la que pagan elevados impuestos a cambio de unos metros de suelo sin las más elementales condiciones".

También la Confederación Española de Comerciantes Ambulantes (CECA) mostró su solidaridad con los comerciantes de Aragón ante la injusticia cometida por el Ayuntamiento de Zaragoza, que "eimina con cualquier pretexto el popular mercadillo" que se instala dos veces a la semana.