AI denuncia el incremento de la producción, venta, publicidad y uso indebido de instrumentos de descarga y paralizantes, que son fabricados por un centenar de empresas en too el mundo, entre ellas al menos una española.

"Es una industria que está creciendo rápidamente, cuyos productos a menudo no se prueban debidamente y muchos de cuyos clientes son sobradamente conocidos por haber empleado estos productos para torturar habitual y sistemáticamente a hombres, mujeres y niños", señala AI en su informe.

Las armas eléctricas que se fabrican actualmente son porras y pistolas paralizantes, que aplican descargas de hasta 250.000 voltios en milémisas de segundo; 'pistolas tser', que disparan dos dardos con cables que transmiten la corriente; cinturones inmovilizadores, que descargan 50.000 voltios e inmovilizan a su portador (en Estados Unidos algunos jueces usan este arma con control remoto durante las declaraciones de presos conflictivos), y escudos electrochoque.

INVESTIGACION

Estados Unidos es el mayor productor de armas eléctricas del mundo, según una lista en la que está incluída España. Por esta razón, la sección española de Amnistía ha pedido al Gobierno españl que abra una investigación.

La organización de derechos humanos considera que la empresa puede estar incumplimiento el actual Reglamento de Armas, cuyo artículo 5 no permite "la publicidad, compra-venta, tenencia y uso, salvo por funcionarios especialmente habilitados, y de acuerdo con lo que dispongan las normas reglamentarias".

Además de ser el mayor fabricante, Estados Unidos usa algunas de estas armas de forma habitual, especialmente los cinturones inmovilizadores de electrochoque por contrl remoto.

Según AI, el preso Edward Valdez fue inmovilizado con uno de estos cinturones delante de unos jurados que esperaban en el vestíbulo, y a James Oswald, acusado en Wisconsin, le obligaron a llevar un cinturón inmovilizador y grilletes en su juicio, a pesar de utilizar una silla de ruedas.

En China, el uso de las porras eléctricas se ha generalizado y es utilizado por los departamentos de Seguridad Pública. Entre los casos conocidos, AI destaca el de dos chicas de 16 años y otros dos hombrs jóvenes que fueron obligados a confesar mediante este método haber mantenido "comportamiento gamberro y promiscuo".

TORTURAS EN GENITALES

Arabia Saudí utiliza ampliamente la tortura mediante descargas eléctricas, según AI, que ha registrado también en Turquía el caso de una enfermera de 25 años que fue detenida por varios agentes del Departamento Político de la comisaría central de Adana, donde le introdujeron una porra eléctrica en la vagina hasta hacerla sangrar.

Un informe oficial chipriot de 1995 confirmó que varias personas fueron torturadas en la comisaría de la ciudad de Limassol mediante descargas eléctricas en varias partes del cuerpo, incluídos los genitales.

Dos hermanos de Tibet, de 19 y 11 años, relataron cómo a uno de ellos le torturaron en la cárcel introduciéndole una porra eléctrica en la boca, lo que le provocó heridas graves.