Según informó hoy el CSIC en un comunicado, investigadores de ambas instituciones realizan un proyecto por el que estudiarán la posibilidad de sintetizar moléculas que actúen selectivamente sobre determinados tipos de dolor y que produzcan menos efectos secundarios que los analgésicos actuales.

Los opiáceos continúan siendo en la actualidad los fármacos más empleado en el tratamiento de dolores intensos, a pesar de que su uso no está exento de riesgos como la dependencia o la depresión respiratoria.