Esta semana, distintas organizaciones ecologistas denunciaron las actividades del CIEMAT, al que acusaron de verter al alcantarillado agua contaminada, así como de utilizarla para regar los parques de Madrid.

En declaraciones a Servimedia, Díaz explicó que 6.500 litros de agua, que provienen de la piscina de un reactor antiguo que ahora va a ser desmantelado, en el que durante 25 años se realizó la escisión nuclear (fisión), serán vertidos al alcantarillado de Madrid.

Pero, según aclaró, antes de ser vertidos serán diluidos en agua natural en una proporción de un volumen de agua con contenido de cesio por nueve de agua potable. De este modo, la disolución resultante, según Díaz, podrá ser consumida sin problemas, ya que contendrá "sólo una décima parte" de la cantidad máxima de cesio autorizada en el agua.

Por otro lado, Díaz reconoció que en los terrenos del CIEMAT se ha encontrado, a dos metros de profundidad, agua con una cantidad "prácticamente insignificante" de dos isótopos artificiales, americio y plutonio. Asimismo, explicó que a una profundidad de veinte centímetros de la superficie se encontró "una pequeña cantidad de radio".

Las instalaciones del CIEMAT se ubican en una zona de ocio y deporte, frecuentada por estudiantes que estudian en la cercana Ciudad Universitaria. Por ello, Díaz insistió en que "todo lo que no dé tasa de dosis en superficie" no entraña peligro y, por tanto, no hay que temer ante la presencia de estas sustancias en el subsuelo.

No obstante, manifestó que, al haberse encontrado este material, el CIEMAT está rehabilitando una zona de terreno de cerca de cuatro metros cuadrados, profundizando hasta dos metros de profundidad. "Ni siquiera para los especialistas que están rehabilitando la zona hay riesgo", insistió.

Finalmente, Díaz afirmó que la palabra "plutonio" levanta la alarma en el público porque se desconoce que estas cantidades "tan nimias" no suponen ninguna amenaza para la población.