Pertierra hizo esta declaraciones durante la toma de posesión del nuevo secretario de Estado de Administración Militar, Emilio Octavio de Toledo Ubieto, que Prometió su cago hoy en la sede del ministerio.

El titular de Defensa consideró que el conocimiento público de los datos ofrecidos en la reunión "no es bueno y pone en cuestión el funcionamiento de la Comisión de Secretos Oficiales y la labor que puede desempeñar y que quiero que desempeñe en los proyectos de reestructuración del Cesid para el futuro".

Asimismo, explicó que en su comparecencia de ayer ante la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso diO cuenta a los diputados sobre "toda la documentación sutraída del Cesid".

A su juicio, "quedó demostrado que los documentos sustraídos contenían cuestiones que afectan a la seguridad del Estado que no interesan al Gobierno más que en función de que son secretos de Estado, y por tanto el Ejecutivo no trata de defender intereses propios y así lo han reconocido la mayoría de los diputados".

En respuesta a las críticas del portavoz del PP, Rodrigo Rato, que deploró el nombramiento del ex director de los servicios secretos, Emilio Alonso Manglano, como assor en el Ministerio de Defensa, Pertierra dijo que "en el Cesid se produjo un grave fallo de seguridad por el que Manglano y dos ministro de Defensa asumieron responsabilidades. Ahora las funciones de Manglano no tienen nada que ver con la inteligencia militar y sirven para aprovechar su experiencia internacional, que es muy importante".

Pertierra reconoció que las más de 1.200 michofichas sustraídas del Cesid desaparecieron en 1991 y fueron devueltas dos meses más tarde, circunstancia de la que Mangano no informó al Gobierno hasta cuatro años más tarde.

Tras la devolución "existe un paréntesis hasta que parte de esa información comienza a difundirse mucho tiempo después, y es entonces cuando el Gobierno se entera de que han desaparecido esos documentos", afirmó el ministro.

A pesar de que Manglano no puso al corriente del robo de información al Ejecutivo, Pertierra cree que el general obró "bien", al considerar que "una vez devueltos los documentos quedaban restablecidos los elementos de seuridad en los archivos del Cesid; lo que sucede es que no era cierto".