Cultura

El Cervantes custodiará 11 primeras ediciones de Tagore traducidas por Zenobia Camprubí

Madrid
SERVIMEDIA

El Instituto Cervantes celebró este jueves un homenaje a las figuras del poeta indio Rabindranath Tagore (1861-1941) y de la traductora al español de su obra, Zenobia Camprubí (1887-1956) en el marco del cual se depositó en la Caja de las Letras de la institución un legado ‘in memoriam’ compuesto de 11 primeras ediciones de trabajos del primero traducidos por ella.

En el acto estuvieron presentes el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, el director de Casa de la India, Guillermo Rodríguez, el embajador de India en España, Dinesh Patnaik, y el director general del Consejo Indio de Relaciones Culturales, Kumar Tuhin.

Precisamente, fueron los tres últimos quienes depositaron en la caja 1430 el conjunto de poemas, cuentos y una obra de teatro, publicados entre 1917 y 1943.

La 11 volúmenes alojados en la antigua cámara acorazada del Cervantes en la siguiente: ‘El Cartero del Rey’ (1917), ‘Ciclo de la Primavera’ (1918), ‘Las piedras hambrientas’ (1918), ‘El Rey y la Reina’ (1918), ‘Regalo de amante’ (1919), dos ediciones de ‘Chitra’ (1919), ‘Tránsito’ (1920), ‘La hermana mayor y otros cuentos’ (1921), ‘La Fujitiva [sic] II’ (1922) y ‘La luna nueva’ (1943).

Tres de las publicaciones incluyen un poema de Juan Ramón Jiménez (1881-1958), admirador de Tagore y esposo de Zenobia Camprubí, quien, en sus prólogos, “con una mirada poética, podía interpretar bien el lirismo” del poeta indio, según García Montero.

El director del Cervantes aprovechó su intervención para presentar a Tagore como “un hombre del renacimiento y de trascendencia universal”, primer escritor no europeo en recibir el Premio Nobel de Literatura, cuya obra pone de manifiesto que “Oriente y Occidente son expresiones demasiado monolíticas”.

A su vez, destacó que, gracias a Zenobia, pionera en traducir las obras del autor bengalí al español, “Tagore se convierte también en un poeta hispánico”, ya que estas traducciones acercaron su trabajo a los lectores en español.

Por su parte, el director de la Casa India subrayó que la celebración de este homenaje “posibilita el encuentro entre dos mundos -los de Tagore y Zenobia- que desafortunadamente no se pudieron conocer en persona”.

Del mismo modo, Kumar Tuhum señaló que el trabajo de Zenobia Camprubí “no se trata de una mera traducción, sino una acción muy importante a la hora de acerca a Tagore al pueblo español y mejorar la comprensión de India” en España.

Tras la entrega del legado, tuvo lugar la mesa redonda ‘La relación entre Rabindranath Tagore, Zenobia y Juan Ramón Jiménez’, que contó con la participación de Bashabi Fraser, directora del Scottish Centre of Tagore Studies; Amrit Sen, profesor de la Universidad Bisva-Bharati, fundada por el propio Tagore en 1921, y Javier Blasco, catedrático en la Universidad de Valladolid.

Esta charla, previa al ‘Congreso Internacional La Escuela del Poeta Rabindranath Tagore: Arte, Ciencia, Naturaleza e Innovación Educativa’, se habló de la relación entre España e India, de la labor de Zenobia, de la influencia que supuso para la obra de Juan Ramón Jiménez su amistad con Tagore y del vínculo que unió a los tres durante muchos años.

El músico Somjit Dasgupta clausuró el acto interpretando con el sarod, un instrumento tradicional de cuerda del norte de la India, una breve pieza.

La relación de España e India tiene como nexo común la poesía. Prueba de ello es que la dedicación a la traducción de Zenobia Camprubí permitió a su marido, Juan Ramón Jiménez, conocer la obra de Tagore, la cual influyó en la suya.

En ese sentido, Zenobia se dedicaba de la traducción de los poemas de Tagore, mientras que Juan Ramón Jiménez cuidaba del ritmo y la estética. Fue gracia a ella cómo se conoció en España e Hispanoamérica la obra del poeta bengalí, ganador del premio Nobel de Literatura en 1913.

De este modo, Zenobia Camprubí, Juan Ramón Jiménez y Tagore cultivaron una amistad que trascendió el conocimiento mutuo de dos culturas tan lejanas y desconocidas entre sí. Una muestra de ello es la biblioteca del Cervantes en Nueva Delhi, una instalación que lleva el nombre de Zenobia-Juan Ramón Jiménez.

(SERVIMEDIA)
05 Mayo 2022
MST/gja